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Mostrando entradas de noviembre, 2008

La noche de las batas de boatiné

Hace unos años, en 1989, sufrimos en Huelva un terremoto en medio de la noche, en torno a las cinco de la madrugada. Yo aún estaba en el colegio y compartía habitación con mi hermana que fue la que dio la voz de alarma para salir corriendo. Apenas fue de 4'7, pero trajo ruido como para despertar a toda la ciudad. La verdad es que el movimiento apenas lo recuerdo, pero sí el ruido y el crujir de los cristales. Y después de los terremotos toca salir a la calle, porque da canguelo. Antes de salir mi hermana me colocó un abrigo de Benetton en pana fina azul marino que he usado durante años en la noche de fin de año (¿lo conservará todavía?) y nos fuimos a la calle. Abajo estaban todos los vecinos, con sus chaetones, sus pijamillas debajo, alguna que otra bata... El edificio de enfrente de mi casa estaba recién construído y la señora del segundo bajó con una bata de cuadros escoceses. En lo sucesivo (y de 1989 para acá han pasado años) nos referimos a ella como "la de la bata de cu

Hoy no hago pis

Con un grado centígrado en el exterior y los baños del cole con ventanas perpetuamente abiertas la menda se va a pensar eso de hacer pis hoy. De hecho llevo pensándolo ya más de una hora. ¿Dejar el culillo al aire y arriesgarme a que me de un pasmo? ¡Jamás! Mi culo no está hecho para estas incomodidades. He llegado al cole esta mañana con veinte minutos de adelanto para poder poner las estufas con tiempo para que se caldee la clase, aunque ha tardado lo suyo. Las estufas y el sol por los ventanales están haciendo su cometido, aunque ya estoy temiendo la hora del recreo. Encima, cuando he llegado esta mañana las limpiadoras me han comentado que dentro de poco bajaremos de cero grados. Para que luego digan que en Andalucía no hace frío. me cuesta entender que haya tantas madres, y padres, que hayan dejado salir a los chavales esta mañana con un chándal de fibrilla.

Vivo sin vivir en mí

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Hoy he salido al patio de recreo porque, aunque en mi horario no consta que tenga que cuidar recreo, me he dado cuenta que es una sana costumbre esa de estar al aire libre un ratito todos los días. En el patio los compañeros hablan de oposiciones un tema que, por ahora en lo que va de curso, no me interesa para nada; en enero hablaremos. Como siento la conversación ajena a mí mi mente vaga y se concentra en el ambiente. El aire levanta las faldas de mi abrigo blanco de corte zarino de Zara (aprovecho la isnpiración Gucci y me lo pongo) y me despeina mis pelos locos de lunes. Las nubes pasan rápido por el cielo y el sol me ilumina sin llegar a calentarme. Me doy cuenta de que observo fascinada, hace ya un rato, las uñas de mis manos de un impecable azul gracias al Blue Satin de Chanel. A la luz, mis uñas lanzan destellos de azul eléctrico. Me encanta. Muevo los dedos para ver los destellos y pienso que la vida es más agradable con Chanel. Así que mañana tendré un nuevo recreo, pero esta

Dress Code de Tanatorio

El otro día hube de pasarme por el tanatorio a dar el pésame a unos conocidos por la pérdida de la abuelita de la familia, una señora mayor que falleció tras una corta enfermedad. Ir al tanatorio nunca es agradable puesto que, aunque no seas familiar del doliente es una situación en la que te resulta fácil ponerte en la situación de los demás y hacerte cargo de su pérdida porque por anciana que sea la persona que nos deja, una persona es. El Señor X me llama esa tarde y me dice que puesto que la señora ha fallecido, iremos al tanatorio a acompañar a la familia al menos un rato. Yo, con cara de viernes por la tarde (de cansancio acumulado de días y días) decido remaquillarme, recogerme el pelo en una coleta y estrenar un sobrio, aunque de corte moderno, jersey del Bershka en color azul ultramar. Cuando voy saliendo por la puerta me doy cuenta que quizá el chaquetón fucsia que llevo no es lo más adecuado para entrar en el tanatorio, así que pido opinión a mi madre. Y es que mi madre es l

Territorio WIFI

Mi casa, desde ayer a las cinco y veinte de la tarde, es territorio wifi. Como mi padre, que es muy resalao, me ha regalado un Sony Vaio para que jubile al ACER, y mi madre penaba por no ser más una analfabeta y saber navegar por Internet pensamos que lo mejor era cambiar del cable al wifi y así estar todos la mar de contentos. Por eso pedimos por teléfono el pack autoinstalable de ONO; entonces fue cuando todo el mundo empezó a meterme el miedo en el cuerpo diciéndome que eso era la mar de difícil hasta que terminé pensando que instalar el pack me iba a suponer más esfuerzo que aprobar las matemáticas de ingeniería aeronáutica. Ayer por fin tuve el paquete en casa y saqué del mismo un módem-router con antenita y unas pequeñas isntrucciones. Tan pequeñas, y tan fáciles que pensé queiba a ser igual de complicado como me contaban. Más fácil parece, más difícil es, no falla. Veo que me van a pedir una clave que ni me sé ni tengo ganas de buscar, así que directamente llamo a atención al cl

Rejuveneciendo

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Hoy con el cole hemos venido a Huelva para ver una peli con motivo del Festival de Cine Iberoamericano . La peli, Ángeles S.A., ha encantado a los peques y ha resultado cuando menos cargante para los mayores. Mi sincera opinión es que la peli se supera a sí misma en cada minuto del metraje. Del histrionismo interpretativo de Pablo Carbonel se pasa sin piedad a la imitación del acento andaluz de Silvia Marsó (que es lo único medio decente de la peli... La actriz, no el acento), de las canciones de María Isabel después de escenas de diálogo forzado, se pasa a los trucos cómicos obvios (los protagonistas se caen y tropiezan a menudo)... Y cuando piensas que la peli no va a ir a peor sale el numerito final con un vestido verde que pasará a la historia. Y el oscar al mejor vestuario es para... No sé qué tendría el modelito verde que medio colegio (el sector masculino) ha salido enamoradito de la niña cantora. Pues mejor, al menos alguien pasó un buen rato. Después del cine nos hemos ido a

El OVNI rojo

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Mi coche rojo, mi amado bólido, no es un coche: Es una nave espacial. Reconozco que aún no le tengo explorados todos los botoncitos. Sé poner y quitar las luces, sé poner los antinieblas delanteros y traseros, todo lo que hay que saber del limpiacristales, sé ubicar y usar las palanquitas para abrir el capó y el depósito de combustible, sé cambiar de posición los asientos... Vaya, que yo creía que me lo sabía todo de mi coche. Pero no. El lunes por la mañana (eran apenas las ocho y cuarto) estaba yo a bordo de mi bólido bajando la montañita llegando a Sanlúcar de Guadiana y, en medio de la zona de "curvas y pendiente peligrosas" (Hay un cartelito que lo indica) el coche se pone a pitar. - ¿Qué pasa?- Pienso mientras miro con un ojo el salpicadero y reduzco a segunda para no salirme de la carretera en el giro. Veo que mi bólido-OVNI me está alertando de la posibilidad de que haya hielo en la carretera puesto que en el exterior estamos a dos grados con un dibujito precioso de u

Malos compañeros

En la enseñanza, pese a que cada docente se hace cargo de su aula en las horas que le toca, el trabajo del docente tiene mucho de trabajo en equipo. La planificación, la coordinación entre clases, las relaciones entre el profesor tutor y los especialistas, contribuir al buen ambiente del centro... Todo esto se estropea cuando alguien deja de cumplir correctamente con su trabajo. En los dos años en los que he estado sustituyendo a maestros y maestras de francés me he encontrado de todo. He sustituido personas muy enfermas que se incorporaron a su puesto muy pronto, personas poco enfermas que se incorporaron cuando tocaba y, siento decir que han sido unas pocas, personas nada enfermas que no querían incorporarse ni aunque le doblasen el sueldo. ¿Qué pasa cuando un maestro falta a su trabajo? Pongamos que es por ir al médico, por una pequeña gripe, pero alguien falta a su puesto. Es el resto de los compañeros los que se hacen cargo de su trabajo de ese día: de sus clases, las horas que te

Caminando en un bosque de laurisilva

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Tengo unas horas a la semana en las que ayudo dentro de clase a un compañero a impartir las clases de Ciencias naturales. Esta semana estamos repasando el clima y la vegetación canaria e, inevitablemente, hablamos de la laurisilva. Cuando oigo "laurisilva", antes de que pueda reaccionar, la clase se desdibuja delante de mí y me encuentro caminando entre helechos, musgos y laureles... Tal como hice hace dos años en el Garajonay. Y es que Canarias es mucho, mucho, mucho más que sol y playa. Edito con una foto...

Camino de vuelta

Es impresionante la cantidad de fauna, y no me estoy refieriendo tan solo a los obreros de la carretera, que me encuentro todos los días cuando voy o vengo del trabajo. Supongo que es porque paso por carreteras nacionales (o autonómicas, más bien) poco transitadas donde los animalillos se sienten completamente libres de ir caminando. Así les va. Últimamente, por recomendaciones paternas y por la cantidad de tramos en obras que hay en mi ruta habitual, estoy cogiendo por autopista hasta Ayamonte, y tiro hacia el trabajo cogiendo por Villablanca. No me aporta gran diferencia si no voy directamente a Sanlúcar, pero cuando salgo o voy allí me conviene más esta ruta. Me han comentado que es normal que se te crucen jabalíes y ciervos en el último tramo (que además es bastante pintoresco por las pendientes y las curvas), pero por ahora solo he visto perdices. Muy dignas y muy estiradas, eso sí, mientras cruzan la carretera y yo freno porque alguien me contó del alguien que rompió el faro del

Crónica de un sábado de marcha por Huelva

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Anoche, el Señor X y yo salimos a cenar con un amigo común al que hacía tiempo que no veíamos en un restaurante italiano del centro de Huelva. El local comenzaba a llenarse cuando llegamos y nos dieron una mesa para tres en una zona estratégica del local. Y estratégicas no por encontrarse cerca de un ventanal espectacular, no, sino porque era zona de paso hacia la zona de fumadores. Me senté entusiasmada de cara a la galería para poder amenizar mi velada con las idas y venidas de la gente y sus looks de sábado. En medio de la cena, después de un buen rato sin nada que reseñar, pego un respingo, suelto una carcajada y digo casi gritando: -¡Estoy pensando en las demás!- Haciendo alusión al anuncio. En ese momento ha pasado frente a mí una chavala con minishort tan mini que al andar luce el cachete del culo...¡Sin medias! Ni tan siquiera unas horribles medias transparentes que contengan esa celulitis que asoma sin piedad. Y lo malo no es tener celulitis (o sí, es muy malo, lo sé), sino ob

Metiendo los coches en zanjas

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Había, hasta hace unos días, una zanja justo en la zona donde dejamos los coches en el cole. El profe de religión, que es un tanto despistado al volante por lo que tengo entendido, metió una rueda dentro. Al final, con la ayuda de los obreros y de algunos compañeros del centro el coche pudo escapar sin mucho daño (aunque gotea un poco el aceite), mientras los afortunados que no teníamos el coche en una zanja nos partíamos de risa (tengo un archivo de vídeo que lo demuestra) al ver la situación. Me llega a pasar a mí, y a mi bólido rojo, y me tienen que dar sedación del ataque de nervios que me cojo.

Sé algo que tú no sabes

Hoy tengo el día belicoso, y me estoy dedicando a pinchar a la gente tan sólo por darme el gusto de provocar disgusto. Y es tan divertido que lo voy a hacer a menudo. Tengo en el messenger a un ser sediento de información. Él, como mi jefa de Prénatal, sabe que la información es poder y que en cualquier momento puede usarla en su provecho; pero él, como mi jefa de Prénatal, aún no sabe lo vulnerable que resulta una persona que vive para saber. Hace un rato me ha bastado con sugerir que tengo una información jugosa para atraer su interés y ganarme un bufido. - Dímelo- Ordena - No- respondo. - Eres mala - Lo sé - ¿No me lo vas a decir? - No - Me mantengo firme. - Pues entonces no te digo lo nuevo de las bolsas de maestros. - Me da igual - Y es cierto. - Te odio - ¿Y lo que me divierto contigo? - Pero yo no me divierto - ¿Y por qué crees que me divierto tanto yo? Me voy a merendar, yonki de la información. Mañana, otra vez.

Logopedia de urgencia

Estos días, por eso de que va haciendo un año, me acuerdo de los colegios por los que fui pasando en la isla de Tenerife. Y, con los colegios, me acuerdo de los niños... Y es verdad eso que dicen que más te acuerdas del que más guerra te dio. En el primer cole (barrio marginal, familias desectructuradas, padres en la cárcel...) tuve un niño con rotacismo o, lo que es lo mismo (creo), problemas de articulación en el fonema /r/ de forma que decía "doto" en vez de "roto". Además del rotacismo, el nene presentaba sigmatismo oral (dificultad de pronunciar la "s" por una mala posición de la lengua) por lo que oírlo hablar era como estar en un episodio de South Park. Este crío, K, tenía muchos problemas de control de agresividad y llevaba cosas afiladas en la mochila "pa matá". Ahora que lo veo de lejos casi mejor llevar las cosas afiladas que las cucarachas que salían de la mochila de otro de sus compañeros, que ni se inmutaba porque eran de lo más nor

Con el culo al aire

Últimamente, al ir y al volver del trabajo, echo un ratito más que de costumbre porque hay obras en varios tramos. No es que me importen las obras, yo voy con tiempo, me pongo las noticias en la radio y voy escuchando la Ser, o RNE5... Hoy, a la vuelta, que ha sido tarde porque he sustituído a una compañera enferma, me han tenido un rato parada entre San Bartolomé de la Torre y Gibraleón. Delante de mí, un coche pequeño con un remolque donde ponía "Transportes de animales peligrosos" (Sí, transportes en plural) y de donde asomaba un bicho de aspecto fiero que me miraba mal. Detrás, una chica morena joven, con gafas de pasta roja, en un BMW blanco que llevaba unos kilómetros manteniendo conmigo la distancia de seguridad de forma impecable. Al cabo de unos diez minutos por fin nos dan paso; los coches de la fila se ponen en marcha y puedo meter primera y avanzar. Más adelante, a la derecha, un camión de la obra ha parado en el arcén. Veo que el hombre abre la puerta y, como aún

Vestida para matar

Anoche, El Señor X y yo, nos fuimos a cenar a un restaurante italiano en plena zona de marcha al que hacía tiempo que no íbamos. Probé una cazuela de macarrones gratinados y el Señor X se decantó por un kebab. De postre, una crêpe con chocolate para compartir. Tras comerme un poco de nata mi pantalón nuevo (de una talla menos de lo que solía usar los últimos meses) amenazaba con hacer saltar la cremallera, así que opté por renunciar. Cuando salimos, ya en la puerta, el Señor X vuelve a entrar porque ha dejado algo dentro. Le espero abriendo la piruleta que me han dado y practicando mi deporte favorito: Observar a la gente. Pero hoy pasa algo raro, porque es la gente la que me observa a mí. Un coche para en la esquina y los tres ocupantes me miran. Dos parejas entran en el restaurante y los chavales, mientras sus novias charlan y charlan detrás de ellos, me miran con indisimulado interés. Las novias me observan de reojo con expresión indescifrable (Yo miro a una pensando que buena falta

Periodismo digital: Aplicación didáctica en el aula

Mis chicos de segundo de ESO tenían en el libro, en la parte del tema donde se hablaba de los diarios, de sus secciones y de los tipos de noticia, la sugerencia de una actividad que al final nos ha llevado tres sesiones completas. Habrá quien opine que he perdido un poco el tiempo; sin embargo yo creo que ha resultado útil y estimulante. 1ª Sesión La actividad que propone el libro consiste en consultar por internet las portadas de dos diarios ( El Mundo y El País ) y comentar las secciones que tienen. Actividad simple que se me queda corta. Antes de llegar a la actividad, a medida que hablábamos de la prensa, de los diarios que conocen, de los que se leen en casa, surge comentar la atención que dedica cada uno a diferentes temas y, además, el enfoque diferente que suele dar cada diario a la misma noticia. - Al igual que cada persona tiene su punto de vista, - Comento- y después cuenta la película según su opinión, los diarios siguen una corriente ideológica que define el enfoque que

Cariño, apúntate a un gimnasio

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Russel, por favor te lo pido: ¡No me hagas esto más! Hazle un favor a la humanidad y apúntate a un gimnasio, que todavía estás a tiempo. La verdad es que en los últimos diez años prácticamente todas las personas que conozco (y eso me incluye a mí misma) han puesto unos kilos. Y la persona que no ha puesto kilos está más calva. No sé si eso de poner kilos viene con los años o es que en realidad, pese a esta sociedad esclavista con el peso, pasamos olímpicamente de lo de la vida sana y nos dedicamos a comer de forma compulsiva. De todas formas me da igual, porque yo lo que quiero es que Russell vuelva a ser el que era...