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Mostrando entradas de mayo, 2012

Yo. Las madres de mis alumnos. Nuestros puntos de vista de lo que es lógico.

Estamos terminando mayo. Y cuando llega el final de curso es normal tener dudas con respecto al futuro de tus hijos, en cuanto a lo académico. Quiero decir, si van bien preparados para el curso siguiente, si este curso va a haber buenas notas.... Pues no. Que dónde vamos de excursión. Que qué se baila en fin de curso. Y PUNTO. Visto el interés de estos padres y madres ya estoy preparando la coreorafía de final de curso y hemos concretado la excursión de final de curso que, como tengo alumnado que no tiene ni para comer, literalmente, se ha elegido de forma que cueste tan tan poco que vayan todos los niños que sea humanamente posible, aunque el dinero salga de bolsillos docentes. Y es que era tradición en el colegio que estoy una excursión final de curso megachachi que se iba a unos 30 euros por cabeza. Y nos parecía una indecencia. Y por eso nos vamos a un espacio al aire libre, a respirar aire puro y a jugar todo el día juntos. Y a los niños, una vez que les hemos explic

Alguien vendrá, que bueno te hará

Tengo una compañera en el trabajo, M,  que dió a luz hace menos de un año. Una niña. Una monada, por las fotos. Esta chica, por lo que ella nos cuenta, tuvo un embarazo de esos de "para olvidar". Nueve meses tumbada sin moverse y comiendo sin parar para luchar contra las náuseas imposibles que venían cuando tenía el estómago vacío. ¿Resultado? Veinte kilos de más. Y todos en la tripa y las cartucheras. El otro día una compañera, I, aparece con una bolsa de la que saca un mono de punto de algodón. En un color topo y con una bonita caída. I- Esto, que se lo traigo a M, que me lo encargó. Yo, de espectadora. Pero L se va a por el mono. L- ¿Esto es para M? - Arquea una ceja- ¿Y qué talla es? - Sonríe al ver la M- Pues se va a poner uno de estos en cada pata, ¿no? Porque bien alimentada que está la señora. Desde el otro día, cuando pienso que soy cruel, me acuerdo del tono de voz de L y me reconcilio conmigo misma.

Manteniendo el anonimato (o no) - Pruebas de Evaluación de Diagnóstico

Estos días atrás, los alumnos de Cuarto de Educación Primaria han hecho unas cosas que se llaman "Pruebas de diagnóstico". Son unos cuadernillos preciosos, con una cantidad infernal de ejercicios ,normalmente de un nivel descabellado y que deben ser resueltos en un tiempo de alumno brillante. En la entrada anterior, me han dejado el siguiente comentario: Jess, hola, la verdad que es una pasada lo de algunos padres hacen con los niños. Perdona que te saque otro tema pero leo tu blog y veo que eras una profesora con vocacion y me gustaria preguntarte y comentar algo. Mi hijo como he contado en otros comentarios estudia 4ª y le han hecho las pruebas de diagnostico, pues su seño que en eso de explicar es un as del escaqueo,(me he comido yo todas las explicaciones) a la hora de hacer las pruebas les ha dicho que eso puntua para las notas finales, (creo que esta acojona por que se sabria "su esfuerzo") al mio que siempre saca notables y sobres le ha dicho que las tien

Muertos de sueño

Hace unos días observo cómo L, como de costumbre, está cansada, apática, pasando de la clase. En su casa tienen una afición desmedida por la televisión y L se traga todo lo que emiten. Sean o no, contenidos adecuados a su edad. Por ejemplo, L está al tanto de una telenovela que se emite en la televisión autonómica a partir de las diez de la noche. Y la ve de principio a fin. Todos los días. Mis tutorías con papá y mamá de L han ido destinadas a intentar convencerles de que la niña necesita descansar más, que le estimulen su cabecita, que debe salir a la placita a tener contacto con otros niños y niñas de su edad y, sobre todo, usar su cerebro. Pero no. El otro día, a las diez y veinte de la mañana, L se quedó literalmente dormida sobre la mesa. Dormida. Sobre la mesa. Me planté en dirección hecha un basilisco para llamar a la mamá de L. Soy una maestra. Trabajo en un colegio de Educación Infantil y Primaria. Mi trabajo es enseñar, no cuidar de niños. Y como mis funciones

¿De costa o de secano?

El otro día fui a la playa. Con estas temperaturas, a las fechas que estamos, ya he pisado la playa más de una vez. Y, nada más llegar me fijo que justo al lado de donde me estoy poniendo hay una chica que va a sufrir horrores esa noche. Mientras está concentrada en atraer mentalmente todos los rayos de sol que pueda, su espalda muestra la señal del bikini en blanco nuclear en contraste con el rojo subido del resto de la piel. Como la veo concentradísima en empeorar las cosas, decido acercarme. - Perdona... seguro que lo sabes, pero te has quemado muchísimo la espalda, tienes marcadísima la señal del bikini.. - Ehh, no, es que estado sobre la espalda tumbada y debe ser eso- Me responde, con un acento de por encima de Despeñaperros. - No, no. Estás completamente quemada, achicharrada. Ahí es cuando su madre, que estaba comatosa sobre una toalla cercana se levanta y la mira. - ¡Ay hija, por Dios! ¡Cómo te has puesto! Si es que te lo he dicho, que con esto te ibas a quemar-

Habitantes no deseados

Hemos pasado, al menos aquí por el sur, de tener 17 grados de máxima diurna, a tener un poco más de eso, pero de mínima nocturna. De día, pasamos ampliamente de los 30ºC. Así, tan de pronto, resulta una delicia. Con el mismo ímpetu que ha subido la masa de aire africano han proliferado los piojos en las cabezas de los niños de mi colegio, que han tenido además ventaja puesto que estamos en romería y el contacto con caballos y con el campo es el pan nuestro de cada día. Bueno, el de los nenes. El primer día de calor calor, el miércoles, me mandaron a sustituir a otra clase. Mandé el trabajo que tocaba y me senté a esperar que los niños acudiesen a mi ante cualquier duda. Mis ojos se fueron, en la ordenada mesa en la que me encontraba, sobre unos papeles blancos, pendientes de repartir, donde se avisaba de que en la clase se habían detectado piojos, y que, por favor, los papis y las mamis revisasen las cabecitas en casa. Y es que, para el no versado en la materia, con el tema de lo

De guarros y guarras, segunda parte

Veo que el tema de la higiene personal es algo que crea controversia. La higiene, a secas, supongo. dentro de ser una persona "limpia", hay todo un margen de grises de mugre, de ni tanto ni tan calvo.  Tan fuera de lugar está la que limpia sobre limpio (no hay que dar lugar a que se ensucie, dice una de mis tías, obsesa de la limpieza) como la persona que obvia que cuando algo está sucio, habrá que limpiarlo. Donde trabajo actualmente tengo una compañera de lo más limpio. Y anda horrorizada por los pasillos a menudo. Me preguntó, durante un recreo lo siguiente: - Nena, yo sé que te puedo hablar con libertad... - Dime. - ¿Aquí la gente es tan guarra como parece? - No, mujer, más. En mi clase encontré una bolsa llena de papeles viejos, con moho, en el fondo de un armario. Cagadas de ratones, cartulinas con pis de ratones- Seguí un rato con una retahíla de cochinadas de las cuales hice foto en su día pensando que yo esto lo contaba y no se lo creía nadie.- Y el año pas

Una vez al día, por lo menos.

Será que yo soy tan... Digamos natural, que la gente que va por la vida intentando dárnoslas con queso a los demás me repatea sobremanera. Y a veces me paro a penasar si realmente esta gente la da con queso porque cuela o porque los demás pasamos. Por ejemplo, esa persona que de octubre a abril gana unos 30 kilos y sigue desayunando una manzana, se abstiene de comer pasteles y dulces en las celebraciones... y nadie le dice eso de - Mujer, date el gusto, que sabemos que en tu casa debes comer como una lima sorda. Pues hemos comenzado con el tema del pelo sucio. ¿De verdad esa gente que va a trabajar con una colita cogida y el pelito brillante piensa que no vamos a saber que lleva el pelo sucio? El lunes, una compañera de trabajo, la misma de la manzana, apareció con una coleta. Las raíces grasientas clamaban al cielo (¿De verdad cuesta tanto trabajo poner la cabecita bajo el chorro de ducha?) y me di cuenta yo, y el alumnado más mayor, que me lo comentó jocosamente en el recreo

Un, dos, tres... Mil

Las últimas, dos, tres semanas han sido, desde mi perspectiva, una sucesión de quehaceres laborales y personales, con días de fiesta de por medio que han contribuido aún más, si es que se podía, a trastocar mis ritmos y mis rutinas. Mi cuerpo nota que debe ser primavera y me está pidiendo que me active. He hecho Spinning, Body Pump y lo que he he podido cuando las bajas temperaturas me lo han permitido. Y todo ello gracias a que El Jabalí me regaló el material de Body Pump que encontró por internet, porque lo de encontrar una barra que no pese, es bien difícil. Para finales de esta semana esperamos, por fin, que haga calor (7 grados de mínima es frío, ¿eh?) y entonces esto será un no parar, porque a ver quién se acuesta temprano cuando hace calor... El tercer trimestre, en lo laboral, ha venido bien fuerte y tiene toda la pinta de que no vamos a bajar de ritmo hasta que termine el curso. Yupi. Y además, mi amiga en el cole ha estado de baja, le tengo cotilleos acumulados como para