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Mostrando entradas de julio, 2011

Lunes de ¿verano?

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Con estas fechas aparecen en los kioskos las revistas de agosto, con los primeros avacnes de la temporada otoño-invierno. Como dice mi madre, ¡qué bonito es todo en los principios de temporada!. Pero es que esto es el colmo, el sábado por la noche salí a cenar con un trench puesto, ¡menudo frío! ¿esto es verano? ¡si junio fue mucho más caluroso! Seguramente quien no esté de vacaciones estará encantado, pero no es mi caso. Yo ya estoy con la cuenta atrás para la boda, ultimando detalles y todo el día repasando mentalmente las pequeñas cosas que me quedan por hacer. Además, parece que tendré que preparar una buena maleta para el viaje de novios, con ropa más de invierno que de verano y, evidentemente, la tengo toda guardada. Esta semana, impepinablemente además, toca la famosa despedida de soltera. Miedo me da lo que me tengan preparado las gamberras de mis amigas. Cuando termine todo voy a necesitar unas buenas vacaciones. Además de todo esto, tengo ya el ojillo puesto en el uno d

Eligiendo los buenos amigos

Mi amiga S es una persona muy sabia.  Y hace tiempo que me dijo eso de "Lileth, las verdaderas amistades no se descubren en los momentos malos. Las descubres en los buenos. Cuanto mejor te vaya más sola te encontrarás." Y oye, con sus matices, qué gran verdad me dijo. Hay un tipo de persona que basa su amistad en eso, en que el amigo, o la amiga, esté mal. Cuando te va bien hasta te dirán eso de "qué envidia", pero creerás que es una envidia sana. Error. Mi primera criba seria de amistades ocurrió cuando me empezaron a llamar de maestra. Oye, hubo quien me dejó de llamar de un día para otro (y hubo quien me sorprendió con unas sinceras felicitaciones). Cuando me saqué las oposiciones ¡zas! Más gente que se descolgó. Y con la boda, mudarme, hacer mi vida, me ha pasado lo mismo. ¿Realmente se es más feliz cuando la gente de tu alrededor no lo es?

Puesta a punto

La pregunta que me hace todo el mundo, invariablemente, con respecto a la boda es "¿Estás nerviosa?". Pues mire usted, no. Más bien estoy un poco harta de tanto preparativo y tanta cosa absurda. Sobre todo dectanto preparativo que tengo que hacer con tan poca antelación, de que la gente me maree con cosas absurdas, de tener que elegir el más nimio detalle (¿de verdad es necesario elegir el color del tul de los paquetitos de arroz?) y de que sea yo la jefa de logística que está pendiente de todos y cada uno de los detalles. Por que, no nos engañemos, lo de organizar una boda en la mayoría de los casos es cosa de la novia y punto pelota. Por eso cuando me meto en la cama me entra eso del tengoque y me dan las tantas de la mañana pensando que "tengo que" llamar a la de las flores, "tengo que" decidir el más nimio detalle de una tontería y mil cosas por el estilo. Entre todos los preparativos y quebraderos de cabeza destaco aquello que recae directamente

Conclusiones de una semana al sol

Con la relativa inactividad de las vacaciones me da tiempo a pensar que... - Se puede ser buena persona, pero un auténtico pelmazo. - Es más fácil ser un pelmazo si se tiene la lengua activa. - Lo que yo me olí en quince días hay quien tarda años en saber. - Un buen antivirus en el ordenador no tiene precio. - Las bodas, para los hombres, se organizan solas. - Donde uno ve sobras, otros ven tesoros. - Más vale base de maquillaje en mano, que brillos volando. - Es muy fácil creerse tu propia mentira si la gente de alrededor te sigue la corriente. - A veces tres veces no son suficientes, tampoco cuatro... Menos mal que ha llegado el viernes...

Por el moco muere el pez

Yo hace tiempo que no tengo que ocuparme de estas cosas, pero mis amigas, una tras otra, han ido pasando a formar parte del grupo de "sin novio", ese que cierta gente llama "singles".  No me corresponde contar sus intimidades, pero tengo que decir que en estos casos estoy de acuerdo con el dicho que mejor sola que mal acompañada. En consecuencia mis tres amigas solteras han vuelto a esa costumbre necesaria de salir con alguien, la terrorífica primera cita. La terriblemente terrorífica primera cita. M, conservadora y reflexiva, acepta tomar un refresco con un chico con referencias. Un conocido de esos que sigue soltero pese a que se acerca a los cuarenta, con estudios, una presencia aceptable y una conversación agradable. Y de pronto, en la primera cita salen varias razones más que evidentes para haber hecho salir corriendo a cuanta chica haya invitado a una Coca Cola. Mientras el muchacho habla a mi amiga de intimidades familiares realmente desagradables, el c

Y, de nuevo, cambiando el chip

Como siempre en estas fechas, al llegar las vacaciones, me toca cambiar el chip. Asumir, otra vez, que es probable que no vuelva a ver a mis alumnos de este año, tragarme la preocupación por pensar qué va a ser de ellos, si la persona que los coja el año que viene va a ser cariñosa y cuidadosa con ellos... Cada año lo llevo peor. Y esperar que en los destinos provisionales me den ago que esté cerca de casa. Ese es mi verano. Ya estoy en plena vorágine de playa y a estas alturas marco un gran hito, porque he conseguido ponerme morena (sigo blanquísima, pero en comparación estoy muy cambiada) y voy regularmente a tumbarme bajo el sol con mis amigas. Además, en apenas un mes me caso, así que estoy cambiando el chip de estado civil (no veo qué vaya a cambiar) y del estado físico, porque entre el blanqueamiento dental, el moreno, la bajada de peso + volumen, la melena larga que me gasto... Me estoy volviendo una versión mejorada de mí misma. Podría haberlo hecho antes sin boda ni nada