De Madrid al cielo
Llevamos en Madrid apenas tres días y ya tengo anécdotas para parar un carro, porque tenemos un programa tan apretado que apenas se duerme y cuarenta y cinco chavales dan para mucho. Aunque en teoría "míos" solamente hay quince, los profes de los tres colegios que coincidimos haciendo la excursión compartimos los niños, todos para todos. Ayer estuvimos por Barajas y Aranjuez y hoy ha tocado hacer la primera parada en el Congreso de los Diputados, y uno vomitó en el bus antes de llegar. Afortunadamente él mismo llevaba una bolsa a mano. Los hay bien enseñados que da gusto. Había pleno en el Congreso, así que estaba la tele montando guardia. Los chavales han prestado más atención a la chica de la tele, que a los políticos, hasta que uno de los gallegos ha mirado un león y ha soltado gritando que menudos cojones le habían puesto al animal para, acto seguido, empezar a sacarle fotos a los huevos de la estatua. El policía de la puerta, el de la metralleta casi se cae de la risa, y