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Mostrando entradas de diciembre, 2011

Echando la vista atrás, para mirar hacia adelante

En el instituto estuve unos cuantos años, los que pasa todo el mundo y uno de regalo. Sin embargo de lo que tengo realmente recuerdos, de esos de conversaciones completas, de la ropa que llevaba cada uno y tal, es de mi segundo de BUP. Ese curso que aprobé completo y por el que me regalaron la Gameboy y me pasé el Supermario. En segundo de BUP había conmigo varias chicas, a cada cual más extraña. Porque extraño es ver cómo la vida te lleva en direcciones totalmente diferentes aunque se tenga un pasado común. Una de esas chicas, a la que admiraba simplemente por su melena rojo fuego, ha terminado vendiendo ropa interior en unos grandes almacenes. Y ayer mismo me crucé con una chica, con nombre de virgen peruana, que era lo más de lo más de la generación X del instituto (¿solamente yo me acuerdo del Grunge, del Reallity bites y de los 4 non blondes?) con su melena y su minifalda de Mango y se ha convertido en madre de familia numerosa y mujer florero que pasea su felicidad tradiciona

Entrega de notas y vacaciones

Con la llegada de cada final de trimestre, con las actuaciones de navidad, con los turrones y con un montón de papeleo llega la entrega de notas. Unas cuantas horas en las que por turno, como en el médico, vamos entregando notas buenas y menos buenas a los alumnos, resultado del trabajo que han llevado a cabo los alumnos desde septiembre hasta diciembre. Lo primero que debemos tener a mano los maestros al entregar las notas es el libro de calificaciones, con todas las notas y observaciones que hemos tomado en estos meses, puesto que siempre hay alguien que, directa o veladamente, te reclame. Lo segundo, una botella de agua, puesto que hablas y hablas sin parar durante unas cuantas horas seguidas. Yo he sido este año de las rápidas y apenas tardé tres tres horas y pico en hablar con mis correspondientes 27 progenitores. En cuestión de padres y madres de alumnos hay de todo, en el más amplio sentido que puede tener la palabra "todo". A saber, hay quien te dice que considera

En este Belén cabe de todo

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Esta semana, como suele ser típico, mis niños y yo hemos estado de excursión. Y, como decenas de colegios de la provincia, hemos ido a un pueblo cercano a la capital, Beas, donde una hermandad organiza desde hace más de treinta años un belén viviente con los niños de la localidad. En el Belén, de estilo andaluz, vemos estampas típicas como la anuncación, el portal y los reyes magos y otras menos habituales, como el molino de aceite. Todo ello representado por niños y adolescentes ataviados para la ocasión y desarrollando su papel con más o menos éxito de público. Cuando volvimos al colegio, mi alumnado encantado con lo visto y vivido, pregunto que, de hacerse un Belén viviente en nuestro pueblo qué papel les hubiera gustado desempeñar en el mismo. Obviamente mi pequeño gay se decantó por ser un ángel... - Con unas alas blancas llenas de plumas que se muevan con el aire- especificó. Entre las niñas muchas vírgenes María, alguna que otra lavandera... El que nunca dice nada se

Contrataciones de navidad

Esta mañana hemos acompañado a cuñado al centro de compras. Cuñado está en medio de la operación "De pardillo a buenorro" y por ahora se le está dando bastante bien. Está en el gimnasio, ha perdido 20 kg, se está comprando ropa adecuada a alguien que no llega a los 40 (antes usaba ropa de sesentón)... Solamente me falta convencerlo de que "sexualmente deseable" no va unido a un hombre que lleva una mariconera. A ver, mariconera se le dice a los bolsitos esos de hombre; que me refiero a que cuando una fantasea con su Russell Crowe de turno NUNCA te lo imaginas con una cosa de esas colgando. Pues bien, cuñado, marido y yo, que íbamos buscando ropa masculina medianamente arreglada hemos estado en cuatro tiendas: Zara, Massimo Dutti, Adolfo Domínguez y Cortefiel. Destaco lo rematadamente fea, pero fea, fea nivel "esta camiseta parece un pijama del mercadillo" de la colección de hombre de AD. (Esto es más bien una nota al margen). En Cortefiel metemos a cuñado

Tratado no serio del moco infantil

Cuando eres maestra de niños pequeños, pongamos que de siete años para abajo, tu día a día en invierno está irremediablemente ligado a los mocos infantiles. En un aula pequeña llena de niños estornudando los virus corren como la pólvora y pronto toda el aula estará llena de niños mocosos y afiebrados. Porque no nos engañemos, las mamás nunca los dejan en casa a recuperarse (al menos en mi clase confñian tanto en mis cuidados que, generosas, me dejan a sus hijos estén como estén). Si los niños son pequeños la maestra se ve a menudo obligada a quitar ella misma los mocos. La alternativa es ver mangas de jersey pegajosas, así que pronto aprendes a coger un pañuelo y restregarlo por la naricilla que moquea. Estos dos cursos escolares son los que he tenido, a tiempo completo, niños de una edad lo suficientemente baja como para necesitar de mi mano experta, que quitaba mocos sin dejar de explicar. Este año, pese a que se suelen sonar la naricilla ellos mismos (y por mi propia salud inten

Se acercan las vacaciones

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Cuando se acercan las vacaciones, justo las semanas anteriores, a los maestros y maestras se nos acumulan las tareas. Prisas haciendo exámenes y recuperaciones intentando salvar a todos los alumnos posibles, reuniones eternas, sesiones de evaluación, papeles oficiales que rellenar... Esto es antes de finalizar cada trimestre, pero en Navidad se nos junta todo esto con zambombas, panderetas, villancicos y espumillón. Qué ganas de que llegue el 23 de diciembre.