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Mostrando entradas de diciembre, 2010

Propósitos chorra (y no tan chorra) para el nuevo año

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No es que tenga de vidente (¬¬) pero me está dando en la nariz que si lo hemos pasado mal en el año al que vamos dando fin, el que comienza nos va  adar la campanada, en lo malo, se entiende. Con los brotes verdes más mustios que las berenjenas del Mercadona un sábado por la tarde el personal no puede más y no les va a quedar otro remedio que echarse a la calle a pedir para comer. Con este panorama, y empezando un año que al menos en lo personal intuyo movidito, me he propuesto pasar olímpicamente de hacer buenos propósitos y dedicarme a esas cosas pequeñas a mi alcance que, cumpla con cachondeo o no, me van a hacer pasar un buen rato. Y para eso, he comenzado despidiendo el año con un cambio de look en toda regla: ayer por la mañana me levanté morena, tornando a pelirroja en torno a medio día. Pero no todo el pelo, como dicta la moda y su profeta, Olivia palermo, me he hecho unas mechas californianas que han degradado mi pelo desde la raíz oscura de mi castaño hasta la punta pelir

Finiquitando el año con un lunes pesado

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Hasta en navidades hay lunes y, se trabaje o no, el lunes debería ser borrado del calendario de un plumazo. Este año me estoy solidarizando con la gente que no tiene vacaciones y que por una jugarreta del destino, tienen los festivos en lo que ya eran fines de semana. Tampoco nos olvidemos del personal que trabaja en las tiendas (aunque en algunas eso de que trabajen me río yo) que estos días no tienen descansos y hasta se suele doblar turno. Sinceramente, hoy es el primer día en el que me estoy dando cuenta de que estoy de vacaciones. El jueves pasado madrugué para ir a ver a mis compis y mis niños del cole del año pasado, y la verdad es que volví un tanto tocada anímicamente (las comparaciones eran inevitables) por lo que me cundió bien poco el día, en lo que a vacaciones se refiere. Viernes nochebuena ya da al traste con la idea vacacionera que tengo, así que tampoco lo cuento. Además, estoy deseando terminar con las compras de regalos, porque eso de ir de tiendas porque sí

Odiar, tan natural como respirar

Todos tenemos cosas que no nos gustan e, incluso, algunas que odiamos profundamente. Me refiero a esas cosas que no soportamos y no sirve de nada que alguien venga a comentarnos el lado bueno de ello. Las cosas que no aguanto son: En las personas: - Los suaves. Esa gente que quiere que hagas algo pero no te lo dice directamente, sino que da rodeos pretendiendo que salga de tí el ofrecimiento. Como si uno fuera gilipollas y no se coscase del tema, vaya. - Los que van de amigos del alma pero en cuanto les conviene salen por patas. Los meto en la sección de gente falsa. - Los falsos, los que no viven de forma coherente con su forma de pensar (o de la forma de pensar que van predicando). - Los que van presumiendo siempre de que lo suyo es lo más mejor de lo mejor del mundo, y encima les ha costado todo mucho menos que a ti. - Los vagos. En la comida: - Las gambas, cigalas y similares. No soporto ese tipo de marisco cerca. - Las aceitunas. Argh. - Las texturas gelatin

La función ¿fallida? de mis artistas

Como es costumbre en todos los colegios, el último día de clase antes de la navidad los más pequeños se visten de angelitos, pastores o similar, y se cantan villancicos con mayor o menor tino. En mi colegio, como buen colegio de pueblo, hacemos la función en el teatro municipal. Cuando ha llegado el turno de la actuación de mis cafrecillos y hemos subido al escenario me ha llevado un tiempo interminable colocarlos para que se vieran todos. Acto seguido hemos empezado a cantar. A los quince segundos de comenzar el villancido la parte izquierda del escenario iba cantando una parte totalmente diferente a lo que cantaba la derecha. Las panderetas acompañaban el villancico con pasión, pero sin un ritmo determinado. D decidió que su pandereta iba a sonar infinitamente mejor si la tocaba sobre la cabeza de J, el cual se puso a llorar inmediatamente no sin antes arrearle al otro un empujón. Tuve que entrar en el escenario a separarlos. Los pocos que se dieron cuenta de la descoordinaci

Eso es morro, y lo demás cuento

Como ya he comentado alguna vez, tengo un niño musulmán en mi clase. Mi niño musulmán baila los villancicos porque lo estamos tratando como canciones y tal. Además, colaboró con el belén que hicimos entre todos recortando estrellitas y coloreando figuritas. Sin problemas, vaya. Su madre hoy ha venido a decir que no quiere que su niño asista al evento de cante de villancicos que tendrá lugar mañana, como en casi todos los colegios de España. También en casi todos los colegios van a venir unos Reyes Magos (sus ayudantes) a repartir un regalito a cada uno de los niños. Como digo, esta mamá se niega en redondo a que su hijo asista al tema de los villancicos porque va en contra de su religión. Y todos lo hemos entendido. Pero el tema es que esta señora ha preguntado a qué hora termina el evento para traer a su niño "para que no se pierda los Reyes y el reparto de regalos". Claaaaro. Menudo morro.

Queridos Reyes Magos (lista para este año)

Mi lista de regalos para los Reyes Magos se ha convertido en un clásico al nivel de las burbujitas de Freixenet o el sorteo de la lotería; así que ahí va: Queridos Reyes Magos: Un añito más con el sambenito de la crisis, pero conmigo no cuela, que sé que sois magos. O al menos eso le vendo a mi alumnado, así que no me dejéis en mal lugar. Para este año ya no pido libros, porque tengo un ereader y me los leo de gratis, así que eso que ahorro en dinero y espacio. Para mi persona: - Me vale cualquier cosa de maquillaje y tal… En maquillaje todo me gusta siempre. Soy una delicia a la hora de regalar. Mis marcas favoritas últimamente son MAC y en versión “estoy de crisis, no me pidas milagros” Sephora es estupenda. En la localización de Huelva, la marca Art Decó y la línea básica de la perfumería Douglas también me valen. - Un secador de pelo . Conservo el que tenía al principios en Canarias, pero se recalienta, se para y me deja con media cabeza mojada. El que me trajisteis p

Lunes prenavideño, no frunzamos el entrecejo

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Contando la interminabilísima jornada laboral que tengo por delante, me quedan tres intensos días para coger las vacaciones. Tres días en los que voy a estar a tope por la mañana y por la tarde. Fíjense qué bien. De hecho no tengo esperanzas de tener un jueves productivo una vez que termine con todo esto. Y el viernes está encima... Si ya he dicho que las vacaciones de navidad no cunden absolutamente nada. Después de que la semana pasada terminó realmente intensa y que tuve que incumplir día tras día mi autopromesa de acostarme un poquito antes para dormir más, para esta semana me propongo el objetivo poco ambicioso de llegar medianamente bien al jueves. En estos tres días de currelo me propongo entregar las notas bien entregadas, cantar villancicos sin dejarme la voz demasiado y hacer un repasito de ciertas cosas antes de irnos de vacaciones. Y por supuesto, estos tres días casi festivos, llenos de encuentros con padres y madres y fiestas navideñas se me va a hacer necesario i

Saber de mí... con cuatro cosas

Aunque hace miles de años que Linarejitos me nominó en su blog , hoy me animo a hacer este meme en tarde dominguera que no está dando para tanto como dio la mañana. 4 cosas en mi bolso - Barras de labios. Miles. Gloss, barras, pequeñas paletas... - Crema de manos. - Antiinflamatorios, por si me duele la garganta. - Pastillas para la garganta, porque sé cómo estoy ahora pero nunca cómo voy a estar en un rato. 4 cosas favoritas en mi habitación - Mi colchón. Es comodíiiiiiisimo. - El papel de pared. Me encanta tocarlo cuando me acuesto y la luz que da. - Las mesitas de noche, con esos cajones tan grandes lleno de potingues y revistas. - La lámpara del techo, con sus cristalitos. 4 cosas que siempre he querido hacer - Ser reportera para un programa tipo España Directo. Eso de aparecer haciendo un reportaje de inundaciones con unas botas de agua en medio de un charco... Me apasiona. - Cambiarme el color de pelo, de una forma más o menos radical. me encantaría verme pelir

E, inevitablemente, ha llegado la navidad

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Esta semana, y lo que trabajaré de la siguiente, los protagonistas han sido los villancicos, las panderetas y las manualidades navideñas. Porque digo yo que qué culpa tendrán mis peques de que a mi la navidad me de tres leches. Que no veas el éxito que está teniendo ese recital de villancicos diario con palmas y panderetas que me ha hecho llegar a casa un par de veces con un buen dolor de cabeza. Como la temperatura ha bajando tanto hasta he llegado a agradecer la calefacción bestia del cole, aunque mis niños se han mostrado muy reticentes a ponerse el chaquetón para salir al recreo y solamente lo he conseguido bajo coacciones y amenazas de comerme algún dedo de la mano o del pie (se parten de risa, pero funciona). He empezado a repartir para que se llos queden en casa, los libros y cuadernillos del primer trimestre completamente revisados (de nuevo, por si acaso) y corregidos. Todo un logro haber cumplido con el ritmo previsto, la verdad. Las notas del primer trimestre ya las te

Una cosa lleva a la otra

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Después de los escasos años que llevo dando clase creo que he encontrado un patrón de comportamiento y sucesos que ocurren invariablemente cuando sacas a los niños del aula, tanto en las excursiones largas como en las cortitas. Así, cuando planeas una salida del aula, ya puedes contar con que eso llevará a una serie de consecuencias de las que no te va a salvar ni la madre del topo. A saber: - Si la salida implica algún medio de transporte como el tren o el bus (sobre todo este último) habrá al menos un niño que vomite. El niño, además, invariablemente habrá hecho un desayuno copioso. Vaya, que de todos los niños que se quejan a diario de hambre antes de las diez de la mañana resulta que el que se marea es un glotón. De regalo a alguno de los compañeros le dará tanto asco que es posible que vomite. En un cincuenta por ciento de los casos el que vomita a la ida vomita a la vuelta. - Si vas por la calle andando en fila, ésta nunca nunca se hará de forma ordenada. A lo máximo que as

Lunes prenavideño, aprovechemos cuando tengamos sueño

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Falta poco más de una semana para me den las vacaciones de navidad y una de las cosas que me proponía cuando pensaba en ese tiempo libre que voy a tener era dormir lo suficiente para ver si la buena cara me duraba por lo menos las dos primeras semanas con los niños. Y es que el efecto buena cara que da dormir no lo da ninguna crema milagrosa (o casi). La semana la preveo tremenda, con sesiones de evaluación, subir las notas a la aplicación de internet correspondiente, imprimir las notas, firmarlas, papeleos mil, cantar villancicos con los peques... Así que con lo ajetreada que va a ser esta semana y lo que trabajaré de la que viene para esta semana me propongo dormir las horas suficientes cada día para llevar en cada momento esa "cara de domingo" que tanto favorece. Los beneficios que tiene para la salud dormir a gusto son un plus más que deseable. Vaya, que he pensado que tampoco tengo que esperar tanto, que con acostarme un ratito antes cada día lo mismo tengo suficient

Luego pasa lo que pasa, que los niños te salen desequilibrados perdidos

No recuerdo qué día fue, si el jueves o el viernes. Mientras me encaminaba hacia el coche, me paré a hablar con una señora, mamá de una niña a la que le doy clase (relleno mi horario con otra clase) y a la que me entran ganas de atar a la silla, de lo "inquieta" que es. La madre iba protestando de su retoño y me solidaricé con ella: - Anda que no es inquieta su niña. - ¡BBBBBBBBBBBBUUUUUUFFFFFFFF! ¡ESTO ES HORROROSO!- La gente de los pueblos, y de ciertos ambientes, suele hablar tremendamente alto. - Desde luego, cuando llegue la noche estará usted para tomarse una valeriana. - ¿QUÉ DICES VALERIANA NI VALERIANA? ¡YO LO MÍNIMO QUE ME TOMO POR LA NOCHE ES UN VALIUM 50! Lo mínimo. Pues eso.

Una semana de dos días puede dar para mucho

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Jueves y viernes es lo que he tenido que trabajar esta semana, como muchos otros españoles. Como ventajas cuento que a mi voz no le ha dado tiempo de quebrarse y lo mismo de aquí al lunes mejora un poco más. Además, no me he cansado de niños y he podido terminar el viernes con una actitud zen, hasta riéndome de las tropelías que me hacen. Como desventajas, no me ha dado tiempo a hacer ni la mitad de la mitad de lo que quería hacer. La semana que viene ya tengo algunos días cogidos con cosas extraordinarias, así que no me dará tiempo a todo lo previsto. La evaluación el lunes y otras cosas me harán tener un fin de semana a tope de trabajo. Y hay algo que no sé si poner en ventajas o desventajas, así que lo definiré como "yo creía que estaba curada de espanto y vinieron a hacerme cambiar de idea". En la sala de profesores, donde se desayuna, me encuentro ESTO: Sí, son dos calcetines de media encima de un enchufe. Sin palabras, vaya, sin palabras.

¡Ya es primavera!

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De 9 de diciembre nada, hoy estamos a principios de mayo, por lo menos.

Jueves como lunes, con la navidad cerca mejor no te atontunes

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Para los maestros, antes de cada periodo de vacaciones tenemos un periodo de estres total; en el caso de estas fechas al papeleo y las reuniones que implica lo de poner las notas le unimos la celebración de la navidad con su correspondiente funcioncita, los ensayos, el belén y esas cosas. Tremendo. Contando el día de hoy, jueves, me quedan díez días para entregar las notas y coger las vacaciones. Además de eso, la Junta de Andalucía ha decidido que es el momento de obligarnos a echar los papeles del concurso de traslados, así que las tardes más que ocupadas. El ajetreo unido a la lluvia y al mal tiempo típico de estas fechas (aunque el frío lo hemos visto poco en lo que va de año) hace que quien más quien menos se descuide un poquito en los estilismos, así que mi propósito para esta semana, y por extensión para el tiempo que queda de trabajo es recuperar el glamour perdido. Como es el caso de Kate, el paso del tiempo no tiene que ir necesariamente en nuestra contra. Quiero pedi

Típico a los seis años

El otro día, el jueves, nada más entrar en clase, a mi J se le cayó el primer diente de su vida. Estábamos todavía quitándonos los abrigos cuando oigo el alboroto y me J se me acerca lívido con un diente en la mano y enseñándome los dientes en una mueca histérica. Sujeta el diente como quien se ha amputado una mano en un accidente y debe cogerla venciendo el asco para llevarla al hospital. - ¡Bien! ¡Qué suerte, J! ¡Esta noche te va a venir a ver el ratoncito Pérez!- Digo, intentando que el llanto no llegue a más. J me mira sin hablar. - Ale, dame el diente y ve a enjuagarte la boca. Nota a los que estén pensando en trabajar de maestros: no es un trabajo válido para escrupulosos. Envuenvo en diente en un kleenex y lo meto en una bolsa amarilla a la que le hago un nudito. Cuando J vuelve de enjuagarse la boca le doy la bolsita y le digo que la meta en la mochila para que esa noche pueda poner el dientecito debajo de la almohada. A las dos de la tarde, cuando ya he despedido

Estimado anónimo

Anoche un anónimo, como no podía ser de otra forma, me deja el siguiente mensaje: Hola, Lo primero que he leido es tu comentario sobre los controladores aereos. No suelo comentar casi nunca, pero como este tema me afecta directamente, creo que es bueno informar de lo que realmente pasa. Tengo que decir que siento lo que ha pasado, no es algo que les haya gustado hacer, pero ya no han podido más. Han pasado muchas cosas, como que una controladora llevara a sus hijos al trabajo por la noche porque la pusieron un turno expres y no encontró con quien dejarlos, otros que han tenido dos días libres al mes, personas a las que han tendio que sacar de su puesto de trabajo en ambulancia y un largo etcétera de situaciones similares que ocuparían páginas y páginas, y a mi se me acelera el pulso mientras escribo esto. Dejo un enlace, muy largo, pero totalmente veraz y esclarecedor sobre el tema, que espero os haga pensas sobre la situación. http://www.abc.es/20101206/eco

Lunes de fiesta, encontrando la respuesta

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Pedazo de puente que me estoy marcando. Las ventajas de ser de los que no tienen un duro para viajar es que lo de los controladores me ha dado un poco igual. Bueno, igual igual no, que hubiera pagado por ver cómo obligaban a trabajar a esta gente, porque ya les vale. Que el derecho al pataleo lo tiene todo el mundo, pero el derecho al puteo nadie.  Esta semana, como no podía ser de otra forma, empieza de forma tremendamente optimista. Leñe, porque no aparezco en el cole hasta el jueves, no podía ser de otra forma. Sin embargo estoy preparando mil cosas del cole porque el lunes que viene ponemos las notas y además quiero hacer lo del concurso de traslados (que lo tengo que echar obligatoriamente, qué poco me está durando la "tranquilidad" este año) y además tengo trabajo doméstico acumulado (bendita lavasecadora). Por supuesto, estoy aprovechando los ratitos para dedicarme un poco de tiempo y ponerme a punto, porque los puentes (como los fines de semana) cuando duermo más

Yo también digo mentiras

Hoy, en algún momento del día, uno de mis niños me ha soltado a quemarropa: -¿Cuántos años tienes, maestra? Veintiséis pares de ojos me miraban fijamente. - Em... veintisiente.- Digo, dignamente. - ¡Qué mayor!- Dice mi muchachito, sin maldad. Pues eso, soy mayor.

Porque tiene que haber de todo en la vida

Como ya he dicho muchas veces, los niños ya tienen su personalidad bastante definida. El que nace quejica crecerá quejica, el que nazca guasón adulto guasón será. Como en cualquier trabajo con el que se tiene contacto humano, ser maestra te ofrece conocer de primera mano el amplio abanico de personalidades que nos ofrece la vida. Uno de ellos es "el aguafiestas". El niño aguafiestas no es una tipología frecuente de ver, pero cuando se ve se hace notar. El niño aguafiestas suele ser también pejiguera, pero eso merecería un post aparte. No debemos confundir el niño aguafiestas con el niño soso, porque el niño soso no tiene mucha culpa de ello, mientras que el niño aguafiestas se regodea en su comportamiento antitodo. El niño aguafiestas encontrará algún motivo para poner cara de ajo cuando se hace un juego en la clase; seguro seguro que las reglas no le convencen, alguien le ha pegado o algo se inventará. Si ponemos villancicos en la pizarra electrónica y nos ponemos