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Mostrando entradas de enero, 2021

El techo psicológico

          Tuve un alumno una vez que, sin dar muestras de poder aspirar al Nobel, sí que daba las suficientes muestras de inteligencia y capacidad de trabajo como para completar una formación superior. El problema radicaba en las nulas facilidades que daba la familia a su estudio; estaba siempre al cuidado de los hermanos menores, hacía la compra y recados por la tarde para sus padres, lo ponían a estudiar con la tele de fondo...  Si a un estudiante, si a un niño, que por naturaleza va a preferir jugar o estar con los amigotes, le pones difícil eso de ponerse a estudiar pues los docentes lo tenemos todo perdido.  Como cualquier maestra en mi situación aproveché que a recoger las notas vino papá en vez de mamá (que solía acudir a las tutorías) para hablar maravillas del niño y pedir que se le facilitasen las condiciones para estudiar en casa. La respuesta me dejó muda: - ¿Y pa qué tanto estudio, si él va a ser (inserte aquí oficio sin cualificación, sin gran remuneración y muy exigente

Querida yo de 2016

Querida yo del 2016, tú aún no lo sabes pero vas a vivir el año más bueno de tu vida. Aprovéchalo porque esta luna de miel con la vida te va a durar poco más de un año. Intentaré no darte detalles porque al final vas a poder con todo (¿no es cierto, al fin y al cabo, que vamos pudiendo con todo hasta que llegamos al inevitable final que nos iguala?) pero te voy a avisar de que ni el mejor de los chalecos antibala te va a proteger de los tiros que te tiene preparada la vida. Vienen enfermedades. Varias. Viene reconstruirte. Varias veces. Viene gestionar la pérdida. Mucho. Conservarás cosas buenas e importantes (también, intenta no olvidarlo). Y cuatro años y medio después de la última vez que te asomaste por aquí tienes lo importante. Sigues viva. Bienvenida, yo.