Hace poco, pasando una velada en casa de Mediabaldosa con toda la familia, se sacó a relucir el tema de los seguros "de muertos". Se les llama así popularmente a la cuota que se paga para, en caso de fallecimiento, que los costes del entierro estén cubiertos. Por lo visto, en algunos sitios, es tradición asegurar a los hijos nada más nacer (a eso lo llamo yo optimismo) y abro la boca con estupor cuando me doy cuenta que la mayor parte de la gente que me rodea en ese momento tiene bajo seguro tan desagradable circunstancia. Me apunto mentalmente que, nada más llegar a casa, he de preguntar a mi madre si poseo tan desagradable seguro, mientras Terminator, esposo de Mediabaldosa y hermano, a su vez, del Señor X, se pone a hacer cuentas del beneficio que ha sacado la aseguradora con eso de que él haya pasado de los 30 años sin contratiempo. Evidentemente, la aseguradora ha salido ganando a base de bien. Hermano Pequeño pregunta que a cuánto sale morirse (pregunta que es recibida