El sino de mi vida
Hay quien no aguanta los dolores de muelas. Hay quien odia los dolores de tripas. Y yo, lo que no aguanto desde nunca son los horribles dolores de garganta que, desde pequeña, me atormentan. Y voy y me hago maestra, si es que tengo que ser masoca. Pues sí, a las 5 de la mañana me desperté con unas ganas de hacer pis que no veas, y con un ya familiar pinchazo en la garganta. Y me desperté en medio de un sueño horrible. Estaba en un avión de camino a casa y me entraban unas ganas tremendas de ir al baño, pero el avión se movía tanto que como que no me atrevía a meterme en aquél espacio tan chico (esto es trauma de mi último vuelo, donde las únicas turbulencias me pillaron precisamente haciendo pis). Así que me agobié y me desperté. He ido a la farmacia, y me he traído un arsenal de Lizipaína, sprays y antiinflamatorios que espero que hagan pronto mucho efecto. Y unas tisanas del súper, que tomaré con limón. Y es que hoy encima ha sido un día durete con los chicos. Tuve una sustitución