El Sábado pasado, en el MSK de la calle Larios, me compré un bolso ideal, en morado, con un aire Kelly. Hacía tiempo que tenía ganas de uno, sobre todo desde que vi el trenzado de CD, y pensé que el color me combina bastante con la ropa que tengo. Total, que lo vi y no me lo tuve que pensar mucho, porque tengo que reconocer que los precios de la tienda te facilitan la vida cosa mala. Al rato, hablé con mi madre por teléfono y le digo: - Me he comprado un bolso morado. - ¿Un bolso morado? - Sí, de Misako, de esos de 22 euros. - Ah... Y tampoco hubo más de interesante en la conversación. El lunes, al llegar, saco triunfal mi bolso morado. Mi madre casi bate palmas al verlo, que si es monísimo, que si ella pensó al oir que era morado que era un color raro para un bolso... Pero que le encanta. Yo le suelto un "me alegro" y enfilo con mis cosas hacia mi cuarto, dejándola con una expresión un tanto perpleja. Por la noche, que nos solemos poner charlatanas, me dice: - ¿Te cuento un