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Mostrando entradas de junio, 2011

Mis amigas, a lo Sex in the City

La amistad es algo escaso y valioso en mi vida. Pocos y escogidos es, más que un lema, la brutal consecuencia de haber cambiado de residencia y de la selección natural que se produce con el transcurrir de los años. Pese a que no son mis únicas relaciones sociales, mi grupo más íntimo de amigas se parece sospechosamente al de la serie... Aunque difiere en algunas cosas, ciertamente. Tenemos a Samantha, ligona, desinhibida... En el fondo insegura y tierna. Su especialidad es hacernos reir, dudar de la importancia de las cosas que nos parecen importantes y asombrarnos de la cantidad de cosas diferentes que es capaz de hacer... Y de no hacer. Tenemos a nuestra Carrie, buscando a la pareja perfecta, a ratos cínica, a ratos soñadora, pensando que es posible encontrar a la persona perfecta y pasarlo bien mientras tanto. Tenemos a Charlotte, hablando de "eso" con eufemismos e imaginativos símiles, tirando por lo tradicional todo el rato. El punto que nos ata, a veces. Y a m

Último lunes del curso, no parece que vaya a ser insulso

Hoy es el último lunes de este curso. Voy sin muchas ganas, con mucho sueño, la verdad, he llegado a estas fechas completamente agotada y quemada y estoy cogiendo el previo vacaciones que no paro, ¡si hasta me estoy poniendo morenita! (hito histórico, os lo aseguro). Me voy con la incertidumbre, un año más, de en qué colegio, pueblo e incluso provincia andaluza estaré trabajando el curso próximo, así que el mes de julio y principios de agosto va a tener ese saborcillo a incertidumbre y temor a que me manden lejos. Por cierto, horrible la despedida de los niños de mi clase el viernes, que tienen seis años pero que se han dado cuenta de que es posible que no nos veamos más. Allí lloró hasta el tato. Y todavía me pongo muy triste al acordarlo. Teniendo en cuenta que todavía echo mucho de menos a mis alumnos del año pasado esto lleva camino de hacérmelo pasar muy mal. Por delante quedan cuatro días en los que entregar notas, recoger la clase, rellenar papeles y más papeles... Y comen

Penúltimo lunes del año, intentemos que no quede todo en un apaño

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Bueno, señoras y señores, casi sin darme cuenta estoy comenzando la última semana con mis fierecillas de seis años. A la misma vez, se ha abierto el plazo para solicitar destinos para el año que viene. De lo que será de mi el curso próximo lo sabré chispa más o menos para la boda. Para darle emoción a mi vida, vaya. La semana pasada la tuve a tope. Un evento de esos a los que invitan a clientes de firmas importantes, la primera prueba del traje de novia, una quedada de twitter, la verbena del colegio que fue interminable... Esta semana me la espero, y me la deseo, más tranquilita, aunque igualmente tengo mil cosas por hacer. Por lo pronto nada más salir del cole, antes de comer, me voy al dentista. Los nenes de mi clase ya han dado por terminado el curso, y así me lo han hecho saber. Andan muertos de sueño porque los acuestan tardísimo, están morenitos porque se pasan los fines de semana y las tardes en la playa y, además, con eso de que hemos terminado los libros y ya no hay que e

Los deberes de una madre

Hoy, mientras llenaba de agua la botella que suelo tener por clase, y que cambio con regularidad, me dió palique una de las chicas que se encargan del comedor. Me dijo que me veía más delgada y le comenté mi reciente afición por el spinning. Ella me respondió que aunque adora hacer deporte sus obligaciones de madre de una niña de siete años le impide tener vida propia puesto que se pasan la tarde haciendo deberes. Las dos. La verdad es que cuando rememoro mi infancia y adolescencia no recuerdo a mi madre o a mi padre sentados conmigo haciendo los deberes. Aclararte alguna duda, explicar algo que no entiendes... ¿pero estudiar por tí, contigo? Últimamente, con lo que me cuenta todo el mundo, estoy llegando a la conclusión de que es la tónica, que los deberes no solamente van para los niños, sino para papá y mamá. Yo nunca he sido mucho de mandar deberes, la verdad. Para cursos más avanzados puede, pero por ejemplo este año tengo una clase de primero de primaria; tienen seis años

Lunes de Pentecostés, he podido levantarme después

Qué bien viene un pequeño puente a estas alturas del curso, os lo digo de corazón. Y todo porque en el pueblo donde trabajo este año se ha decidido que lo cogemos festivo por El Rocío, día de mi santo. Bueno, no lo cogen porque sea mi santo, pero da la casualidad de que es así. (Que no, que no me llamo Rocío). Hoy me levanto con una sorpresa encajada en un dedo, porque el viernes el churri conspiró a mis espaldas con la chica de joyería y me trajo una maravilla que os enseñaría si Blogger me dejase subir fotos. Esta mañana ya he encargado el ramo de novia, que era lo que tenía pendiente. A partir de ahora a marujear que es lo que toca. Sin embargo y pese a todo es lunes, así que toca prepararse mentalmente para la semana; a mila semana se me empieza a presentar relamente dura, porque la recta final de curso viene muy cargada de trabajo para los profes, así que un empujoncito más... Esta semana sigo con el mismo propósito que otras, disfrutar de que hace buen tiempo y se pueden

Analizando la semana

Aunque tengo la sensación de no haber hecho realmente nada esta semana, cuando echo la vista atrás veo que la semana ha sido de lo más intensa. De curro hasta arriba y con la sensación de nadar contra corriente. Con la salida de las hermandades hacia El Rocío he tenido de regalo una alarmante disminución en el número de alumnos, de forma que lo de los ensayos para final de curso se ha vuelto poco más que complicado. Por otro lado menos mal que tengo terminado el temario, porque si llego a depender de estos días voy de culo, con perdón. Sigo sin tener ni la más remota idea de qué luciré en la cabeza el día de la boda, de pronto he visto otros zapatos que me gustan y mañana lunes sigo diseñando el ramo de novia con la florista. La alianza de boda ya está en casa, la mía, como dije hace tiempo, de BVLGARI, porque yo sin eso no me caso. Oye, que hay un montón de gente que para la boda encarga cosas que les hacen mucha ilusión y nadie dice nada, pues para mi es este anillo. Lo mejor

Huyendo de la vejez

La semana pasada, mientras salía a encontrarme con mis amigas para ir de marchita me encontré con gran parte de mi promoción del instituto. Todas, y todos, con su familia montada, o en proceso (barrigones). Por un lado pensé que quizá voy con un poco de retraso, e incluso pensé que soy una nueva Ana Obregón, aferrándome a una juvetud que hace tiempo que quedó atrás. Como dice mi amiga S, quizá entremos en esa minifalda, pero se nos nota en la cara que ya no debemos llevarla. Hace tiempo leí una entrevista a Sofía Loren donde le preguntaban su truco infalible para seguir así de joven. Ella respondió algo que se me ha quedado grabado: No hago cosas de vieja, intento no oler a vieja ni hacer ruidos de vieja... Que el tiempo pasa y la madurez llega es cosa evidente, pero me pregunto si hay necesidad de tener esa vejez prematura a los treintaypocos, de lucirla alardeando de madurez, de vida acomodada, hacer esos ruidos de viejo, acomodarse y olvidarse de que todavía estamos más cerca

Hoy por ti, mañana también.

Yo siempre he sido muy bailonga, y eso tenía que salirme por algún lado. Además de ser una forofa del Just Dance y mover el esqueleto como nadie cuando salgo con las amigas, suelo pasarlo bomba preparando una coreografía con los nenes para final de curso. Este año, como suele ser habitual, me encargo del baile de mi clase y de otra clase más, en este caso de la de mi compañero. Ayer, como habíamos acordado, dejé trabajo a los míos, le dije a mi compañero que se pusiera con ellos que yo me levaba a su clase al gimnasio para ensayar. Y así fue. Me cogí a sus veintitantos niños y él se quedó con mis veintitantos niños. Y así fue, en teoría, porque en cuanto me perdió de vista dejó solos a mis niños, que se desmadraron, se pelearon, estallaron un brick de zumito... ¿Por qué este hombre cobra más que yo?

Lunes prerociero, que llegue el viernes es lo que más quiero

No es por dar envidia, sino para constatar un hecho, y es que he pasado un fin de semana chachi piruli. Y encima se me ha hecho largo, así que redondo. El viernes salí con mis amigas. En plan noche de chicas (aunque no paraban de acoplarse chicos). La salida merecería un post aparte, pero estaría incompleto. Debería hacerse la crónica de la noche en plan película de Tarantino, con cortes, flashbacks y contando el mismo hecho desde el punto de vista de cada una de nosotras. Dichos puntos de vista fueron puestos en común el sábado en la playa, porque si la jugada no se comenta se disfruta mucho menos. El domingo cumpleaños de mi ahijado. Su primer añito. Cada día más bueno y más guapo. Con eso lo digo todo. Vaya, que me lo he pasado tan tremendamente bien que hoy lunes tengo, si cabe, menos ganas de comenzar la semana que nunca. Porque entre juergotes, playas... En fin. Que entre una cosa y otra ni me he parado a pensar cómo se me presentaba la semana. Y ni ganas, oye. Esta semana es