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Mostrando entradas de abril, 2012

Repartiendo las culpas. Y los castigos

En estas últimas dos semanas he tenido algunas jornadas laborales que, por su duración, me han recordado a la época en la que trabajaba en comercio a jornada partida. Decir "de sol a sol" era lo que más se le parecía". Como no me merece mucho la pena venir del pueblo, comer como un pavo, y volver a coger la carretera de vuelta, me quedo a comer con algunos compañeros y compañeras. El otro día, delante de unos cuencos de exquisito salmorejo, comentábamos animosamente las ocurrencias del señor Wert, ese gran humorista de nuestro tiempo. Una compañera, apasionada ella en la vida para todo, defendía vehementemente la necesidad de hacer una huelga de educación, ¡pero de las buenas! - Debemos hacer huelga, ¡huelga indefinida! y hacer manifestaciones todos los días. - Pues yo pienso que una huelga no es lo que se debería hacer ahora- dije, ante la mirada helada de toda la mesa.- Si hacemos una huelga a quien puteamos es al alumnado y a las familias, que son además los

La vida sigue igual

Que dicen que nos van a poner 25 alumnos por aula, que se podrá llegar hasta 30. Pues yo tengo 27 alumnos, y porque dos se cambiaron de colegio... Estaba destinada a tener 29. Que dicen que nos van a poner 25 horas lectivas. Pues yo tengo 25 horas lectivas. Que dicen que no van a sustituir las bajas. Ni maternidades se nos han sustituído de aquí para atrás en mi colegio. Cinco bajas a la vez hemos llegado a tener. Pues qué queréis que os diga, parece que lo de los recortes es más poner sobre el papel lo que se lleva haciendo años en Educación. (Así que los que os estáis dando golpes en el pechito en defensa de la Educación que sepáis que os llevan un tiempecito tangando, ¿eh?)

Voy a por ti

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Moverse con los niños por un pueblo, andando, requiere de varias cosas por parte del maestro. La primera es velar que los que más lata dan vayan delante y que los que son un poco... Ehm... ¿Por qué no decirlo? Los cortitos, que no vayan detrás. Y es que los que dan lata suelen agruparse cuando hacemos las salidas; y los cortitos también parecen adorarse. Eso de que los opuestos se atraen, en los colegios, es puro mito. Pues hoy, como tocaba, en fila de a dos y de la manita nos hemos plantado en el teatro del pueblo. Y amenazaba lluvia. Y tanto amenazaba que al final, cuando salimos de ver la obra, estaba lloviendo. No mucho, pero lloviendo. Yo, que hubiera optado por esperar unos minutos antes de salir del teatro, tuve que seguir a mis compañeros que avanzaban bajo la lluvia con los niños. - Venga, ¡vamos! Que esto es solamente una nubecilla.- Aunque quería arengarles en francés, gritándoles ¡COURAGE!, pero me abstuve. Me estoy volviendo aburrida. Tres calles más allá volví a

Suerte

Los padres de mi pequeña I siguen sobre el filo de la navaja. Porque trabajar y cobrar no ocurre todos los meses. Y el recibo de la luz, el alquiler... Eso sí pasa todos los meses. Y los pies de mi pequeña I también crecen a menudo. Fíjate qué contratiempo. Así que los padres de mi pequeña I han tenido que comprar unos zapatos para esos pies crecidos. Y los han comprado de un número más, a ver si cunden; y le han puesto en la puntita del zapato un poquito de algodón. La pequeña I viene pletórica con sus zapatos nuevos y, con sus ojillos azules, ha venido a decirme: - ¡Qué suerte tengo que mis padres, que no les gusta comprarse ropa, me han comprado unos zapatos!

Va por ellos

Después de la entrada de ayer he estado recordando la cantidad de niños con un rasgo especial (especiales somos todos, pero sabemos a qué me refiero, a aquellos que necesitan en educación una intervención específica) que ha pasado por mis clases en estos seis cursos dando clase. A alguno los recuerdo con cariño y a otros los recuerdo gracias a la desesperación que me producía tenerlos a mi cargo y no saber qué hacer con ellos y cómo ayudarlos. Y ayudarme, que en algunos casos se sufre mucho. - Un síndrome de Asperger. - Un alumno con un trastorno autista grave y una parálisis cerebral. - Un trastorno del espectro autista leve asociado a un trastorno límite de personalidad. - Un nene con esquizofrenia infantil, diagnosticada y sin medicar. - Una nena con mutismo selectivo. - Muchos niños y niñas con trastornos del espectro autista, desde leves a muy serios. - Muchos niños y niñas con diferentes grados de retraso madurativo, desde los leves hasta los más graves. - Una niña con

Puntualicemos, señor Wert

Me levanto esta mañana leyendo en los medios de comunicación que una de las cosas que se barajan para recortar gastos en la educación es aumentar la ratio en las escuelas. Para el profano en la materia, la ratio es la cantidad de alumnos por clase que hay, actualmente entre 22 y 25 alumnos. Una, que estudió bajo la, para mi gusto excelente, Ley General de Educación de 1970, recuerda las clases de 40 y 42 alumnos de su época, donde había uno o dos empollones, uno o dos repetidores y el resto formábamos parte de una homogénea masa de mediocres. Algunos tendíamos a sacar notas entre el 7 y el 9, con algún 10 y otros estaban rondando eternamente el 6. Quiero decir con ello que llevar una clase adelante con muchos más alumnos que la ratio actual es trabajoso pero viable, pero se haría necesaria una profunda revisión y reforma del Sistema Educativo actual. Una de las cosas que propondría es volver a separar al alumnado con ciertas necesidades del resto. Para entenderlo voy a poner com

Tonta, tonta de remate

El Jabalí tiene una familia interesante. Desde hace unos meses, oficialmente, mi familia política. Curiosamente no es mucho más interesante que la mía, pero con eso de que los conozco desde que tengo uso de razón la emoción se pierde. La prima R era una adolescente cuando la conocí y se ha convertido en una jovencita agradable con la que mantengo un alto nivel de cachondeo cuando nos sentamos juntas en las reuniones familiares. Quedaos con eso: alto nivel de cachondeo. La prima R, actualmente engrosando las listas del paro, con su carrera de psicología recién terminada es una repostera malvada, porque hace delicias de todos los sabores y nos las regala al Jabalí y a mi para el regocijo de nuestras lorzas que parecen crecer día a día gracias a los bizcochos de naranja, a los chupachups de chocolate con caras de animalitos... Estaba precisamente por Facebook agradeciéndole a la prima R su contribución a mi sobrepeso, cuando le dije que, debido al cambio de móvil había perdido su nú

Desde que la Constitución nos hizo (casi) iguales, tu tiempo vale lo mismo que el mío

Cuando trabajaba en El Corte Inglés me llevaban los demonios cuando, a las diez y diez, con las luces apagadas y arqueando caja alguien venía a pedirme que le cobrase algo y/o que se lo envolviera para regalo. Generalmente eran señoras de mediana edad que se enfadaban cuando explicabas, con esas formas sumisas que te enseña ECI, que te era imposible ponerte a cobrar en ese momento (ojo, diferente es que estés atendiendo de antes al cliente y cierres la venta pasadas las diez), menos todavía algo de otro departamento, y menos con el arqueo de caja iniciado. Doce horas abre esa tienda, para decidirte a las diez y diez... Si era solamente "envuélveme esto para regalo" normalmente ofrecía papel, un sobre regalo o lo que tuviera. Mi ofrecimiento era recibido sin excepción con un bufido por parte de la cliente. Y es que nuestro horario de trabajo terminaba a las diez de la noche, pero la exigencia del cliente iba mucho más allá. Ahora, trabajando como maestra me encuentro que

Vacaciones. Para todo lo que dan.

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Estas vacaciones se me antojan, desde mi perspectiva, cortas como el periodo que pasa desde un pestañeo al siguiente. Y por eso me siento incapaz de extenderme... Compras. primark. Jerez. Resfriado. Sofá. Amigas. Risas. Confidencias. Paseo. Viento. Frío. Noches. Dormir. Colores. Un bolso naranja. Paseos. Zapatos. Ampollas en los pies. Y, por supuesto, nubes. Lluvia. Mañana, vuelta al cole.