Dress Code para maestras (y maestros)

En cada trabajo, nos guste o no, siempre requiere de cierta etiqueta en el vestir que tiene su razón de ser. Desde el calzado de seguridad en ciertos empleos, hasta la fálda lápiz de una azafata, las posibilidades son tantas como puestos de trabajo. Y para los maestros y maestras no va a ser menos.

En los colegios no tenemos, al menos en los colegios públicos, directrices acerca de lo que es adecuado o no ponerse y cada uno se rige por lo que considera bonito, cómodo o adecuado, con algún que otro desacierto. Tuvimos para el examen oral de las oposiciones unas recomendaciones, sí; de hecho el estilismo de las oposiciones donde me saqué la plaza estaba más estudiado que el del día de mi boda.

Recuerdo aquella compañera que, en una guardia de recreo, me pidió que atiendiese a su alumno porque ella no podía "con la minifalda y los tacones". Así que como primera regla, obvia, en un colegio tenemos que vestirnos con la suficiente comodidad como para cumplir con nuestro cometido. Ni más, ni menos. Y ojito, que diferente es lo que se mueve una con niños pequeños que con niños smás grandes, que hasta te permiten algún tacón ocasional.


Decálogo de estilo, sentido común y glamour para el maestro, y la maestra, de la escuela pública

1.- El estilismo no deberá impedir el desempeño de la labor docente. Comprenderemos que las maestras de Educación Infantil y Primer Ciclo de Educación Primaria no usen tacones. Comodidad ante todo. Que me sé de una que me confesó no haber dado bien las clases un día porque no podía estar mucho tiempo de pie con esos tacones.

2.- Los pantalones bajos de cintura, solamente cuando sepamos que no nos tenemos que agachar. Los niños no son tontos y si nos agachamos harán cola para vernos la ropa interior. Los mayores por lo obvio y los pequeñitos porque es muy divertido.

3.- Medias de colores y con estampados, con moderación. Recuerdo de mi infancia como alumna la extraña querencia que tenían las maestras por medias de colores o estampados excéntricos. Y ahora que están de moda (Calzedonia, paraíso de la maestra de a pie) tenemos el beneplácito de Ana Wintour para usarlas; eso sí, atinemos a combinarlas de una forma adecuada. Y por cierto, si las piernas son la parte más horrorosa de nuestra anatomía ¿Por qué no mejor destacamos otra cosa?

4.- Chándal no. Nunca. Tengo este año una compañera, especialista en Educación Física, que me ha devuelto la fe en la humanidad. Era monitora de varias disciplinas en un pijogimnasio de mi ciudad (hemos descubierto que fue mi monitora de bodypump, de hecho) antes de decidirse por la estabilidad, relativa y discutible, que da la enseñanza. Esta chica aprovecha las delicicias del Decathlon, del Sprinter y de los outlets de primeras marcas de ropa deportiva para ir divina. El chándal es una prenda fea y dominguera, que personalmente desterraría a los armarios infantiles por la facilidad de vestirlos cuando toca "Gimnasia". En el otro extremo, tengo un compañero que luce chándal a menudo, pese a que no pisa el patio ni queriendo, un chándal brilloso y conjuntado, con esa cremallerita frontal que destaca cualquier atisbo de tripita cervecera. Un horror.

5.- Hay vida más allá del monocromo. Hay maestras que se ponen todo en el mismo color, porque van muy conjuntadas. Los colores preferidos suelen ser el azul, el verde y el morado. No les entra en la cabeza de que hay tonos dentro del mismo color que no pegan para nada. Y que además resulta rarísimo ver a alguien vestido del mismo color, de pies a cabeza.

6.- Variedad, por favor. No hay nada que me resulte más raro que ver a alguien día tras día vestido con la misma ropa, como si fueran personajes de South Park. Digo yo que alguna vez habrá que lavarla... Y los niños no son tontos. Tengo un compañero que apenas cambia de pantalón y jersey y a veces da un poco de grimilla.

7.- Limitemos el negro. Y aquí entonaré el mea culpa porque yo al negro le doy uso y abuso pero, sobre todo desde que estoy con niños pequeños, me doy cuenta de que me echan más piropos cuando llevo un color alegre. Y al fin y al cabo, tampoco nos cuesta ningún trabajo darle el gusto a los chiquillos.

8.- Imagen cuidada. Vale que los maestros no estamos en Atención al cliente de El Corte Inglés, pero tenemos un atento y numeroso público durante nuestra jornada laboral, por lo que la imagen agradable es imprescindible. Tinte al día, uñas cuidadas... No cuesta ni mucho dinero ni mucho trabajo.

9.- Higiene adecuada. Penoso es que tenga que tocar este tema pero si siempre tenemos un compañero con golpe de ala, la compañera con el pelo sucio también abunda. Y me parece una de las cosas más asquerosas del mundo la cabeza grasienta, porque tiene tan fácil arreglo como ponerse debajo del chorro de agua. Este año tengo una compañera que me parece una guarrindonga de libro, porque resulta más común, pero mucho más, verla con el pelo sucio y grasiento que con el pelo limpio. Y es que encima te lo dice sin pudor, "Ais, es que yo tengo mucha grasa y me lo tendría que lavar todos los días". Vaya, que además de guarra, vaga. Que las cosas hay que limpiarlas cuando se ensucian. Las cabezas incluso.

10.- La ropa reventona para la disco. El año pasado, durante poco tiempo, conté con una compañera cuyos estilismos me hacían pensar en qué momento se le iban a ver las bragas. O se le iba a salir una teta. O las dos cosas. Esa ropa no es adecuada para un ambiente laboral que no incluya estar poniendo copas. Ahora que lo pienso, esta chica nos tenía entretenidísimos. A nosotros y a los chicos.


¿Qué normas de vestuario pondríais para vuestra profesión?

Comentarios

  1. Mataría por la foto del compañero con chándal brillosito! Tiene que ser la leche.

    Y me imagino que los colores alegres en la ropa los mantienen más atentos... ¿o no?

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  2. Sí que están más atentos, sí, a ellos les gusta más, les transmite alegría.

    S veces cuando me vistopor las mañanas pienso en ellos y me pongo algo vistoso.

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  3. Pues yo estoy siempre en un sin vivir, intentando un difícil equilibrio entre una vestimenta informal que me permita conectar con las personas que atiendo sin que suponga una barrera emocional. Si con la ropa que llevo entienden que me deben tratar de Ud. ese día me he equivocado al vestirme.

    Pero claro, si ese día tengo que hablar con algún juez o fiscal (y ya no digamos ratificarme en algún informe durante una vista oral) debe ir lo suficientemente "arreglado" como para que me tomen en serio y no piensen: ese es el perroflauta ese que anda por ahí con las víctimas.

    En resumen ¡Con lo que me gustan a mi las corbatas y no puedo ponérmelas a diario!

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  4. En el cole de mi mayor hay sobre todo dos estilos:

    La profe de más de 40 que va con su falda a la rodilla, camisa, y salón de poquito tacón, media melenita y maquillaje discreto.

    Las jóvenes: las de mayor número. Son casi todas hippies. Con zapato plano de piel de esos de la pulserita cruzada, pantalón "cagón", camisetas básicas o con estampado tipo kukutxumutxu.

    Hay una en infantil "guapiiiiiisima", de melena, ondas, flequillito, siempre bien vestida, con vestidos largos de gasa y floridos, calzado tipo "mules", cazadoritas en polipiel muy ajustadas y coloridas, que llama muchísimo la atención! y despierta muchas envidias... más en las mamás que en sus compañeras, eso sí, ¡jaja!

    Hala, que vaya rollo te he soltao...

    ¡Besicos!!

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  5. Estupendo decalogo Lileth!! totalmente d acuerdo en lo del chandal... aunq yo sea d usarlo mucho, pero tan solo para hacer cosas q requieran comodidad y NUNCA como prenda a usar para ir a cualquier sitio; tan solo andar, estar en casa... normalmente ni siquiera para ir a l gym!!

    Pero sim e quedo con algo especialmente importante en TODOS TODOS los trabajos, independientemente del q sea, pero en especial cuando lo haces cara al publico: la imagen e higiene cuidada. Fijate q con esos dos puntos, el 8 y 9, creo q me doy por satisfecha con los demas.

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  6. ¡Muy bueno! Yo tampoco logro entender a las personas "pelo grasiento"... hay champús muy suaves y baratos... ¿no entienden que dan "grima"?

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  7. Te leo desde hace muuuuuucho tiempo, dabas clases de Francés y estabas con la maldita oposición, sustituyendo en uno y otro centro... y aunque no suelo dejar comentarios y los pocos que he hecho han sido para defenderte de algún ataque jejeje, ya que suelo ver reflejado en tu blog cerca del 90% de lo que pasa en mi cole y me parto de risa cuando te leo. Pero hoy el atacado me siento yo, jajaja y lo que a mí e gustaría saber es lo que se tiene que poner un profesor de Educación Física para dar clase, que no sea un chándal ya sea de cremallera, o una sudadera y pantalón...
    Sería el colmo que para ir guapos o a la moda tuviésemos que ir en vaqueros dando así un ejemplo estupendo a los niños/as, los cuales, por lo menos conmigo, no hacen "gimnasia" cuando vienen en zapatos y guapitos.
    Por otro lado, mi compañero de Educación Física (somos dos) viene a veces en chándal, sí sí el de cremallera y camisa!!!. Eso sí que es una horterada...!!!
    Considero que hay ropa deportiva muy bonita, sudaderas, pantalones y chandals (que son los que tienen esa cremallerita tan bonita)
    Ansioso por saber qué ponerme mañana para dar clase recibe un cordial saludo
    Ah! y me gustaría recomendarte el blog de una amiga: http://www.anydayispretty.com/
    a ver qué te parece.

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  8. Bueno, pues como yo soy una de esas del pelo grasiento, ME LO LAVO TODOS LOS DIAS. Para que esto sea más cómodo, llevo una melena muy cortita. Quitando mis amigas de siempre y mi familia, nadie sabe la existencia de la grasa en mi cuero cabelludo.

    Por mi profesión, hay días que los paso en oficina y días que los paso en obra.

    Los días que sé a ciencia cierta que estaré solo en la oficina, puedo ponerme faldas y tacones, aunque siempre llevo en el coche, unos vaqueros, una camiseta y unos zapatos planos, por si hay que hacer una visita inesperada.

    Los días que tengo que ir a obra, pantalones cómodos, y zapatos bajos, con una chamarra – chaqueta todoterreno. Allí tendré que ponerme zapatos de seguridad, chaleco reflectante y casco blanco. Eso sí, mis zapatos, mi chaleco y mi casco. No soporto que nadie utilice mi ropa, para eso la empresa nos da a cada uno nuestro vestuario. No me gusta ponerme un casco de esos que pone la pegatina de “VISITA”. Para eso tengo el mío.

    Tengo una compañera que aparece en la obra a las ocho de la mañana con pantalones cortos (muy cortos) y tacones, y seguidamente entra al baño y se cambia. Creo que solo quiere que los operarios la miren al entrar. Ja, ja, ja, pues ya ha pasado de los 40. ¿Estará con la pitopausia? ¿O eso es solo cosa de hombres?

    S.A.L.

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