Me pones en la duda

Desde que superé la visión idealista de la realidad que me invadió en la adolescencia, y desde que personas que habían estado trabajando en ciertos países me contaron cómo se desviaba la ayuda humanitaria para el provecho de quien menos lo necesitaba, me prometí a mí misma no colaborar con ninguna ONG pensando que esas ayudas no iban a llegar a quien yo quería que fuesen.

Y reconozco que eso de la ayuda desinteresada y activa me ha llamado desde siempre, pero lo que puedo aportar no es mucho y temo que no se llevan a cabo en mi ciudad acciones que me llenen y para las que esté cualificada.

Tampoco me ayudó mucho a tener un buen concepto de todo este tema aquella vez que fui a casa de alguien avalada por mi fama de "diosa cocinera de la pasta" a preparar un banquete para amigos y amigas mientras los padres del amnfitrión veraneaban en su chalé y encontrarme la despensa repleta de alimentos etiquetados como donados por cierta ONG.

En todo caso, durante estas navidades mi padre me dió un calendario de Cáritas, esa "ONG" dependiente de la Iglesia Católica. El calendario, con fotos bonitas y variadas, que se prestaban a sacar el tema de la ayuda y la colaboración con mis alumnos y que tenía espacio para apuntar los exámenes ha terminado en mi aula, a la vista de todos.
Cuando lo llevé a clase se lo presenté a mis alumnos y les hablé de la labor que hace Cáritas no solo en tierras lejanas, sino en nuestra propia ciudad, en el pueblo donde doy clases. Pero no hizo falta, porque los niños lo contaron en mi lugar.

- Mi mamá va a Cáritas para que le den la comida- Dijo mi pequeña I, con sus cabellos de oro y su madre olvidadiza que la mitad de los días no le echa nada de comer para el recreo, con su ropita donada por una vecina.

- Mi mamá también va- Comentó otra niña, de cuya situación de auténtico drama familiar por el paro, me enteré en la entrega de notas de diciembre.

Dos alumnos más aportaron, con la naturalidad que da tener menos de siete años, comer gracias a Cáritas.

Vaya, y yo que creía que lo de las ONG's eran un timo. Pues ya me habéis puesto en la duda.

Comentarios

  1. Siempre hay que confiar.

    Yo confio en apadrinar niños... supongo que no llega todo pero algo les llegará, desde Ayuda en Acción me envían informes desde hace 15 años de los proyectos que van haciendo para la comunidad donde viven "mis niños".

    Ahora hacemos también una donación a una ONG para temas de adicción, y la vamos a cambiar a Cáritas. Me parece más prioritario. Y es cierto, éstos al menos sí que ayudan.

    Besicos!!

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  2. Nosotros desde la vocalía de Caridad de la Cofradía colaboramos con Cáritas, nos consta que los alimentos son distribuidos entre familias necesitadas, al igual que la ropa. Este año además hemos recolectado mantas que se están repartiendo entre los transeúntes de la ciudad.

    Como en todos lados, la honestidad de las instituciones está en las personas que las dirigen. Nosotros aquí damos tranquilos de que las cosas se hacen bien.

    Da penita leer cuando cuentas sobre tus niños y su situación. Te confieso que se me encoje el corazón con tu pequeña l.

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  3. Tengo la misma sensación de las ONG. NUNCA he colaborado con la gala INOCENTE, distintas campañas que SÓLO en Navidad hacen publicidad para distintas causas en Etiopía, Ruanda, El Cuerno de Africa,...
    Yo apenas puedo aportar, ya sabes mi situación, pero, aún cuando sí he podido, he tenido este pensamiento:

    ¿Con qué cara mando yo 20€ al Cuerno de África, si mi vecina de al lado, abajo, la calle de al lado,... está pasando las de Caín para darle de comer a sus pequeños porque está divorciada y sin trabajo, con su marido en paro, viúda,.....?
    Considero que primero hay que ayudar al de al lado y después expandir la generosidad.

    Cuando vivía en Galicia, todas las Navidades y vacaciones escolares, iba a ayudar al asilo que hay cerca de la casa de mis padres. Cuando he corrido la carrera de la mujer u otras carreras con fines benéficos, he pagado, además de mi inscripción, el precio de otras dos más, por mi madre y por mi hermana, aún sabiendo que, por razones físicas y de distancias (una vive en Galicia y la otra en Canarias) no iban a correr. Este San Silvestre, recogían alimentos para el comedor privincial de mi ciudad y, por supuesto, llevamos varios paquetes de alimentos perecederos.

    Con la ropa pasa igual, siempre la metemos en contenedores de ropa, quizá, porque desde muy pequeños y al ser familia numerosa, no consideramos que "heredar" ropa sea algo indigno o avergonzante. Por lo mismo, la cuidábamos y la herdábamos de hermano en hermano o de primo en primo y cuando no nos servia (por la talla) la metíamos en los contenedores de ropa.

    Si bien, es cierto que también conozco un caso de un par de personas que TRABAJAN o TRABAJABAN en Cáritas, y que seleccionando ropa, cuando veían alguna ropita de marca o que estuviese muy bien, llamaba a las amigas /de alta cuna/ para dársela o, simplemente, se las quedaban ellas.

    Vaya Quijote te acabo de dejar por comentario. Lo siento.

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  4. Yo recuerdo un escándalo, cuando tenía 15 años o así, en el que se destapó que uno de los principales dirigentes de Greenpeace desviaba muchas de las donaciones a sus cuentas privadas o similar, y me quedé helada porque nunca se me hubiera ocurrido (inocente que era yo) que algo así pasara en una ONG. Mis padres, por la misma razón, nunca han colaborado en ninguna, porque dicen que para que se quede el dinero el espabilado de turno no lo malgastan. Mi padre, además, me puso un documental en el que se veía que la ropa donada se lanzaba en palés desde aviones en África, y allí se peleaban un puñado de vendedores para cogerla y vendérsela a los demás de la aldea.

    Así que no, yo tampoco he creido nunca en estas cosas...

    Pero me pasa lo mismo que a ti, ahora veo las colas de la gente en Cáritas y junto a las iglesias esperando para que les den un paquete de arroz... Y se me caen todos los palos del sombrajo.

    Un beso.

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  5. Depende de la ONG.

    Yo de algunas (muchas) no me fío ni un pelo, pero Cáritas no me ofrece ninguna duda.

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  6. Chica de las flores, está claro que en la situación en que estamos debemos ser especialmente sensibles a todo.

    Lina, como dices, la honradez decada labor depende de la honradez de quien se encarga de ello.

    Volvoreta, lo que comentas de lo de la ropa me lo han contado en primera persona eso de "pues esto lo cogí de tal". Muy fuerte.

    Yuna, es que la situación de ahora nos hace pensar, y mucho, en cómo podríamos colaborar para que la gente de alrededor no lo pasase tan mal.

    Ana, por supuesto, como dices, cada ONG debe ser diferente.

    Un beso.

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  7. Hace tiempo venían los abuelos a por los nietos, luego las madres, ahora los padres... Y son pocos los q levantan la cara para mirar a los ojos :,(

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