Tratado no serio del moco infantil

Cuando eres maestra de niños pequeños, pongamos que de siete años para abajo, tu día a día en invierno está irremediablemente ligado a los mocos infantiles. En un aula pequeña llena de niños estornudando los virus corren como la pólvora y pronto toda el aula estará llena de niños mocosos y afiebrados. Porque no nos engañemos, las mamás nunca los dejan en casa a recuperarse (al menos en mi clase confñian tanto en mis cuidados que, generosas, me dejan a sus hijos estén como estén).

Si los niños son pequeños la maestra se ve a menudo obligada a quitar ella misma los mocos. La alternativa es ver mangas de jersey pegajosas, así que pronto aprendes a coger un pañuelo y restregarlo por la naricilla que moquea.

Estos dos cursos escolares son los que he tenido, a tiempo completo, niños de una edad lo suficientemente baja como para necesitar de mi mano experta, que quitaba mocos sin dejar de explicar. Este año, pese a que se suelen sonar la naricilla ellos mismos (y por mi propia salud intento mantener la distancia con el niño tóxico) a veces me veo obligada bien a intervenir, bien a presenciar escenas un tanto desagradables. Porque los mocos, como las personas, se manifiestan y se expresan de diferentes formas...

Tipos de mocos infantiles

- El ascensor. El moco-ascensor está siempre a punto de llegar a su destino, las afueras de la naricilla. A veces de color verdoso, sube y baja perceptiblemente al ritmo de la respiración del niño. Si este se diese cuenta de que lo miras y tienes la intención de acercarle un pañuelo lo sorberá, volviendo a las profundidades del cuerpo infantil.

- El explosivo. Moco típico de mi niño tóxico, tiene la textura de la lava fundida, denso y pegajoso, y aun así es capaz de recorrer una gran distancia gracias al estornudo que le hace salir disparado, ¡bang! y termina sobre la ficha, ¡bang! y termina sobre el compañero de al lado.

- La agüita. Moco trasparente que fluye constantemente de la naricilla infantil, goteando sobre ropa, mesa, ficha y cualquiera que ande cerca. Imparable a menos que bloquees con papel absorvente las fosas nasales del crío.

- El cemento. Ese tipo de moco denso que se queda a la entrada de la nariz, se seca con el aire y tapona de forma eficaz cualquier salida o entrada de aire. Debe ser retirado a mano. A veces por la maestra. Generalmente lleva detrás una cola larga y pegajosa.

- El tímido. Una variante del moco-ascensor, el moco tímido asoma la cabecita tímidamente. Está ahí, pero de una forma discreta, asquerosa. Suelen pertenecer a niños que no saben sonarse la nariz (existen) y se quedan perennemente en esa posición.

- El comestible. Los mocos forman parte de la alimentación habitual del 90% de los niños de cualquier razo o cultura. Es un hecho. Y en clase lo hacen con el mismo pudor que el adulto se hurga las narices en los semáforos. Da mucho asco.

- El pompero. De textura jabonosa el moco pompero burbujea al ritmo de la respiración del niño. A veces salpica. Causa admiración entre los compañeros.

- El último superviviente. Este tipo de moco siempre se encuentra lejos de su nariz de origen. Sobre o bajo una mesa, sobre una ficha o un lápiz. Cuando te des cuenta ya lo habrás tocado. Desgraciadamente algunos son encontrados por la maestra incluso antes de secarse. También suelen estar en los exámenes.

- El esquivo. El moco esquivo está en la nariz, pero resulta imposible sacarlo de ahi. Una niña de mi clase tiene estos mocos. Lleva con el índice metido en la nariz tantas noras al día desde el curso pasado que me ha sorprendido que aprenda a escribir correctamente. Su lápiz no lo toco, por si acaso.


Está claro que para mi trabajo también hay que tener estómago.

Comentarios

  1. Sí, desde luego que necesitas estómago, pero más que nada un sistema inmunitario fuerte que te cree muchos anticuerpos. Estás en contacto con niños enfermos, mocos y microbios a diario, no sé cómo lo haces para no acabar en el médico semana sí, semana también... Un beso y disfruta del puente!

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  2. Y yo me quejo de los adolescentes...increíble. Yo me moriría del asco, de hecho, no he podido terminar de leer.
    ¡Qué valor!

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  3. Jajajaja... que bueno !!!!!!!

    Violeta

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  4. Yo tmp he terminado de leerlo, l h dejado en El pompero, demasiado para mi xD. Q ascoooo

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