¿Que tengo que hacer qué? Crónica II de la boda cordobesa: Nos vamos de Cocktail

Cuando después de ser rescatados por el novio, la novia, las flores y una amiga de la novia y llegamos al hotel dejo al Señor X con las maletas en la puerta y me voy a aparcar el coche. Lo dejo en un sitio con techito (por si graniza, me digo, aunque no hay previsión casi ni de lluvia) y me voy al hotel. Pregunto en recepción y me dirijo a la habitación que nos han dado.

Me encuentro con El Señor X y me dice:

- Espera que voy a pedir el cambio de habitación, a ver si es posible.
- ¿Por? ¿Qué le pasa a la habitación?- Pregunto imaginándome un baño lleno de sapos, el suelo lleno de pelos...
- Mira- Responde elocuente abriéndome la puerta.

Allí, en medio de la habitación, veo una minúscula cama de 1'35 m.

- Ahhh, no, ni mijita, no quiero pasarme la noche agobiada teniéndote encima. Mira a ver si hay una cama más grande- Ya es grave haberme dejado los tapones de los oídos en Huelva como para sufrir las estrecheces de una cama escasa.

Inciso: Que sí, que mucha gente duerme en camas de 1'35, pero que a mí eso no me va, que me gusta dormir libre, sueltecita, a mi bola... Y por eso me he comprado para mi piso mi cama de 1'80 de ancho y sí, me cabe en la habitación.

Cuando el Señor X vuelve me comenta que la habitación alternativa tiene dos camitas.

- Genial- le digo- Así no me despiertas cuando te muevas.

Ya en la habitación escojo la cama más cerca de la ventana y me dejo caer boca abajo, mientras decido qué hago antes si dormirme, deshacer la maleta, colgar los vestidos bien colgados...

A esto me dice mi muchacho que le ha dicho el novio que tenemos un cocktail en media hora.

Ole.

Ducha rápida, alisado de pelo, maquillaje, taconazos, top Mango robado a la Johanson, pitillos negros... Me sobran diez minutos. El Señor X se pone un polo y se lo veo... escasito.

- ¿Y eso?
- Creo que me he equivocado de polo- me suelta.
- Ya veo.

Se pone otro y está arrugadísimo, así que enchufo la miniplancha que llevo acertadamente en la maleta.

En resumen, llegamos tarde.

Está todo el mundo sentado, menos el grupo de amigos. Nos dedicamos a rajar de los que no están, contarnos batallitas de los juegos de rol (yo me dedico a entablar conversación con la gente que no conozco) y ser reclutados para próximas partidas.

Después del cocktail (que incluye canapés) nos vamos a la terracita del hotel y nos tomamos unas copas.

No recuerdo llegar a la habitación, solamente me acuerdo que esa noche, cada vez que me movía, me dolía la rodilla del guarrazo de esa mañana en el cole.

Comentarios

  1. jajaja...En serio tienes una cama de 1.80 que te cabe en la habitación??Que suerte!!la mía es de 1'35,..y la de 1.80 me parece que no cabe ni colgándola del techo!!jjaja...pasa por mi blog cuando quieras, que hay premio!!un besito

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  2. Yo también quiero una cama de 1, 80!!!!! jajajaja..algun día la tendré jijiji

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  3. Que suerte tienes de que te quepa una cama de esas dimensitones en la habitacion!!!! TE ENVIDIOOOOOOOOOOO!!! es que yo tambien necesito mi espacio, a veces cuando estoy en barna claro esta, porque aqui en huelva duermo sola, po a veces cuando estoy alli amanezco en el sofa y no es precisamente porque me lleve mal con mi chico, si fuera asi al sofa se iria el, jajaja.

    Besitos

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