Camino de vuelta

Es impresionante la cantidad de fauna, y no me estoy refieriendo tan solo a los obreros de la carretera, que me encuentro todos los días cuando voy o vengo del trabajo. Supongo que es porque paso por carreteras nacionales (o autonómicas, más bien) poco transitadas donde los animalillos se sienten completamente libres de ir caminando. Así les va.



Últimamente, por recomendaciones paternas y por la cantidad de tramos en obras que hay en mi ruta habitual, estoy cogiendo por autopista hasta Ayamonte, y tiro hacia el trabajo cogiendo por Villablanca. No me aporta gran diferencia si no voy directamente a Sanlúcar, pero cuando salgo o voy allí me conviene más esta ruta.



Me han comentado que es normal que se te crucen jabalíes y ciervos en el último tramo (que además es bastante pintoresco por las pendientes y las curvas), pero por ahora solo he visto perdices. Muy dignas y muy estiradas, eso sí, mientras cruzan la carretera y yo freno porque alguien me contó del alguien que rompió el faro del coche con una perdiz. Hoy he perdido la cuenta de las perdices que se me han cruzado en tan solo unos kilómetros...



Un poco más adelante, mientras iba pensando en las perdices, un pájaro se ha inmolado contra mi parabrisas. Por la mancha que ha dejado creo que ha muerto... Así que mañana tendré que lavar el coche con el alivio de que al menos el bicho no me ha partido nada.



En Villablanca, solo porque yo voy a pasar a menudo por allí, han comenzado una obra a la salida del pueblo. Y me he encontrado con un extraño ejemplar de obrero de carretera: "Obrero que no tiene ni idea". Después del inconsciente, el temerario, el mirón, el enseñaculos... De este nunca había visto ninguno, así que para celebrarlo he mantenido una animada conversación con él.



El señor obrero tiene un palo que termina en un chupachups que por un lado pone Stop y por el otro tiene una flechita. Mientras me ve acercarme me pone la flechita y me señala para que pase. Yo, atenta, freno en seco.



El señor obrero mueve frenéticamente la flechita, mientras yo niego con la cabeza.



- ¿Por qué no pasas?- Me dice muy extrañado el hombre, gritando desde su posición privilegiada a pie de obra.



Yo me limito a señalar al frente, hacia el camión que viene de frente por el único carril que está habilitado para pasar.

El obrero ríe, me mira y vuelve a reir.



- Los tienes cuadrados- Pienso yo, poniendo punto muerto porque veo la caravana que viene detrás del camión.



Mientras pasa la caravana el hombre intenta ser agradable.



- Llevas las luces puestas- Me grita mientras hace gestos con las manos.



- Lo sé- Digo mientras asiento y miro el cielo encapotado y la bruma que no se ha despejado en todo el día.



Me vuelve a dar paso con la flechita, y yo vuelvo a clavar el freno. Digo que no con la cabeza.



- ¿Y ahora qué?- Dice el pobre hombre.



Yo señalo con resignación las viejecitas que andan cruzando con parsimonia por todo el medio. Tengo la terrible sensación de que me voy a quedar eternamente en ese cruce, como en una parábola griega, y tengo tentaciones de ponerme a chillar.



Al fin, mientras el hombre de la señal decide si puedo pasar o no arranco y me voy.

Comentarios

  1. Qué fuerte! La autovía por la que yo paso (la A-44, te suena, verdad?) también está en obras (¡por fin! aunque lleva ya unos meses...)y también tiene obreros de esos que no saben bien qué hacer con las señales y las banderas rojas...

    Por cierto, ten cuidado con la fauna de verdad, que si ves un ciervo, seguro que detrás vienen más, nunca van solos. Eso lo aprendí yo en Aldeaquemada.

    ;-)

    ResponderEliminar
  2. Ainss vaya por dios con lo de los ciervos,por canarias no hay. Ten cuidado por la carretera que veo que cada día es una aventura con el coche.
    Un besote.

    ResponderEliminar
  3. Elena, sí que me suena la A-44, jejeje, la cogía bastante el año pasado cuando estaba en Jaén, que me venía mejor pasar por Granada para llegar... Hay que tener cuidadito, si.

    Y sí, yo voy con cuidado, que estas cosas son muy serias.

    Julia, no hay, pero se me ha cruzado en La Palma cada lagarto gigante de clavar los frenos... Y los borrachos en la zona de La breña también son unos buenos elementos, sí...

    Besos.

    ResponderEliminar
  4. La cantidad de pájaros que morirán cada día en las carreteras...Este verano hacía todos los días la misma ruta, y cada día caía uno contra mi parabrisas, por lo menos...¿el instinto animal todavñia no les ha enseñado eso?

    ResponderEliminar
  5. Jajajaja lo de los lagartos es verdad y lo de los borrachines también..jajaja...
    Un besazo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario