Dormir contigo... Eligiendo cama para mi nuevo piso

En contra de lo que cuenta la canción de Luis Miguel, dormir con la pareja a veces tiene poco de romántico.

Una, que durante décadas ha disfrutado para ella sola de al menos 90 cm de libertad, lo pasa fatal cuando tiene que compartir ese espacio durante toda la noche. Es por eso por lo que siempre dije que la cama de "mi casa" la quiero de 180 cm; pero de ancho. Esas son las medidas de todas las sábanas que he ido comprando en el Zara Home: 180 cm de ancho y dos maravillosos metros de largo.

Durante años, mi madre me advertía que con los pisos tan pequeños que se estaban construyendo la cama no me iba a caber.

-Siempre puedes cortarlas- Me decía cuando me veía aparecer con un nuevo juego de cama.

Ha sido para mí determinante al decidirme por esta casa que el dormitorio principal tenga el suficiente ancho (y me sobre) para ponerle la cama de mis sueños. Si no no la hubeira querido; y es que hay cosas en la vida a las que no debemos renuncir, y son esas de las que depende nuestra futura felicidad.

Y es que en eso de las camas soy un caso. Nunca extraño cama; me duerma donde me duerma no noto rara la cama, aunque suelo manifestar una considerable desorientación en el momento de despertarme, hasta que me acuerdo de en qué casa, pueblo o isla me encuentro en ese momento.

Recuerdo una noche de verano en que me quedé a dormir en la casa de campo de los papás del Señor X. Mi suegra me cedió para mí sola la cama de matrimonio. A media noche me desperté totalmente desorientada... Alargaba la mano y no sabía dónde estaban los laterales ni los pies de la cama. Cuando el único interruptor de la luz está al lado de la puerta se hace muy difícil ubicarse. Lo resolví poniéndome de rodillas y gateando con cuidado... El momento aún es recordado como "aquella vez que me perdí en la cama de sus padres".

Volviendo al tema, esto no hubiera ocurrido de dormir acompañada; en primer lugar, porque los ronquidos del Señor X me sirven de onda para ecolocarme en el espacio (Como los murciélagos); en segundo lugar, sólo tengo que huir de los ronquidos para saber dónde está el otro extremo de la cama. Fácil.


Una de las primeras veces que dormí con el Señor X fue en un hotel en Granada. En el NH, para más señas. Tras reponerme del susto de ver que la puerta del baño era traslúcida (con cristal al ácido, decorativo como pocas cosas, y absurdo para la puerta de un baño como pocas otras) y que no llegaba bien al suelo, veo que la cama es grandota, pero una sola, no como en aquel hotel en Madrid (Zona de Atocha) donde nos pusieron dos cómodas camas juntitas.

Poco tiempo después de quedarme dormida, me despierto sobresaltada. Con el miedo, alargo la mano hacia el Señor X, le palmeo la espalda y pregunto, aún con el miedo en el cuerpo:

-¿Lo has notado?
- ¿El qué?- Me pregunta perplejo el Señor X.
- ¡¡El terremoto!!- Respondo yo, como si fuese obvio.
- No ha habido un terremoto... es que... me he movido.

Vamos, que para mí que la cama se moviese era toda una novedad.

Sin embargo por ahora, y pese a que de día nos lo tomamos a puro cachondeo, lo que suelo hacer por las noches es mosquearme.

En Madrid, en nuestras primeras "vacaciones" juntos, una madrugada me levanté airada, con destino al baño, protestando en voz menos baja de lo que hubiera sido correcto.

- ¿Te he despertado?- Pregunta el Señor X, preocupado.
- ¿Y cómo no me ibas a despertar?- Respondo airada- ¡Si pareces una locomotora!

Lo de la cama esta de Cabra ha sido un show. Mira que con las temperaturas del invierno me pareció inmensa al principio y de al menos 150cm cuando vino el Señor X. Ahora que han subido las temperaturas me parece que no mide más de 1'35 m, así que me paso las noches diciéndole al pobre chico que se eché más allá, que me tiene agobiada.


La última fue este fin de semana donde, ya amaneciendo, pegué un tirón a la almohada. El Señor X, solícito, me pregunta entre sueños si me pasa algo.

-¡Que te la llevas toda! ¡Eso pasa!

Así que cama grande, grande grande, con zonas delimitadas en el colchón y una almohada para cada uno. Creo que esa es una de las claves de la convivencia.

Por cierto, ¿En Ikea venden camas de la medida que yo quiero?

Comentarios

  1. Buenas:

    No hija, en Ikea son de 1,60x2, te lo digo por experiencia.
    Mi sueño es una de 2x2 pero me parece a mí que no va a poder ser.

    Yo he vivido sola muchos años, y cuando empezamos a vivir juntos casi me muero, de tener una cama de matrimonio para mí sola a compartirla con un reactor, porque el mio no ronca, para lo suyo no creo que exista una palabra que lo defina,ES HORRIBLE!! solamente duermo unas horas más cuando me acuesto antes que él,esta noche por ejemplo me he levantado y me he ido al sofa, no te digo más.

    Una cruz...

    Saludos.

    ResponderEliminar
  2. oc, siento contradecirte, pero mi cama es de Ikea y mide 1'80mx2'00m.

    ResponderEliminar
  3. Yo tengo una cama de 1.5 y hay veces q va muy bien, porq no tocas a la otra persona, en épocas de calor claro. Pero a veces en invierno, cuando hace frío, un poquito mas arrechuchaos viene muy bien :P

    Suerte en tu busqueda!!

    Besos.

    ResponderEliminar
  4. Hola de nuevo

    Psiche ¿cual es, si no es indiscrección? porque me volví loca y el colchón más grande era de 1,60x 2.

    Mira que me repasé el catalogo de arriba a abajo y nada...y cuando les pregunté allí me dijeron que no, como si estuviesen puestos por el ayuntamiento, lo mismo.

    ResponderEliminar
  5. Comprar la cama grande será una de tus mejores decisiones. No te arrepentirás.
    Yo, cuando vivía sola, me acostumbré a dormir en una cama de 135. Y cuando fuí a vivir con mi pareja (piso nuevo pero mismos muebles, por aquello que eran prácticamente nuevos), nos quedamos con los mismos 135. Está bien encontrarse y vivir juntos es compartir... pero yo necesito mi espacio. Y a los 2 meses teníamos ya una de 1,50, que sólo son 15 cm más pero se notas. Si algún día tengo una habitación más grande, quiero una de 1,80.

    ResponderEliminar
  6. Jajaja! No sabía que hubiera camas tan grandes, pensaba que las de 1,50 eran las que más... Yo es que siempre duermo en el mismo hueco, sea la cama de 90 o de 1,35. Aunque me mueva un poco, siempre acabo "cayendo" en mi hueco ;-)

    ResponderEliminar
  7. Pues no sabéis lo que me consuela saber que no me voy a tener que gastar una millonada en la cama; eso sí, aún no he visto ningún dormitorio que me guste.

    Después de investigar por las revistas de decoración casi me atrae más la idea de mezclar piezas de diferentes estilos.

    Esto de decorar entretiene cosa mala...

    ResponderEliminar
  8. Jaja, te pasa como a mí con las camas! Yo tampoco extraño cama, pero cuando me despierto no tengo ni idea de dónde estoy xD Aunque por suerte aún no he tenido que salir a gatas buscando el interruptor! jeje Si eso, uso el móvil de linterna y me ubico :D

    Y lo del tamaño.. Pues fíjate, yo llevo toda la vida (y voy pa 29 en 10 días) durmiendo en una de 105!! Así que cuando duermo con mi novio en una de 135cm.. pues se me hace enana!! Es que claro, perder 40cm de espacio es demasié!

    Así que yo siempre he pensado como tú: quiero una cama de 150cm como poco! De 180 mejor, si puede ser :D

    Mi madre me dice lo mismo: que no cabrá en ningún dormitorio.. Pero todo será cuestión de medir, no?

    Saludosss

    ResponderEliminar

Publicar un comentario