Comparando la realidad con la ficción

Después de esta semana donde he vuelto a Huelva y me estoy recuperando de un gran resfriado con su (para mí lógico e ineludible) horrible dolor de garganta, colaboro gustosa acompañando en el hospital a un familiar tremendamente querido.

Mientras la niebla en el exterior me impide ver nada, me concentro en mi libro de Didácticas específicas (I), a cuyo examen me quiero presentar la semana que viene.

La silla de acompañante está justo encarada al pasillo, así que distraidamente observo el ir y venir del personal del hospital, enfermos y acompañantes. No se puede evitar realizar comparaciones entre las series de médicos y la realidad del Sistema Andaluz de Salud.

En el Juan Ramón Jiménez también hay residentes (las malas lenguas dicen que algunos las pasan canutas) pero en la planta en la que estoy la residente es joven y mona. No como Meredith Grey. O la chica que hace aqui su residencia es superdotada y acabó el instituto a los 12 o Grey es repetidora. Muy repetidora. ¿En serio se creen los de la serie que esa actriz pasa por treintañera? ¡por favor! si se le están descolgando los laterales de la cara. Además, tampoco han escogido a una acriz demasiado mona (aunque sé que esto es subjetivo). En definitiva, y pese a que baso mis conclusiones en una muestra no representativa de la población, declaro el Juanra como mejor que el Siatle grace's.

Los acompañantes lo intentan... y lo consiguen. Incluso superan a los que aparecen en las consultas de House (lo mejor de la serie). Hoy, una madre persigue a su hijo treintañero que ha salido al balcón, suero en ristre, con sus más de 10 amigos (conté hasta 10, pero había más) a fumar. La señora gritaba que había pasado el médico y que él no estaba. Dos chicas, de entre treinta y cuarenta, con botas altas, pantalón por dentro, y total look en tonos que iban del ocre al verde caqui lucían palmito pasillo arriba, pasillo abajo. Lucían sendas etiquetas de precio en las suelas y taconeaban hablando bien alto por el móvil.

Los médicos no lucen músculos debajo del pijama. Es más, dan grima, con ese aire prepotente y orgulloso, sus bajos de pantalón a lo años '80 (en plan "no he evolucionado", no en plan "soy consciente que se lleva el revival") y sus gafas con montura dorada (argh). Dedican a los pacientes el menor tiempo posible y hablan a la velocidad del señor de los anuncios de los Micromachines: Levamosadarunhobetabloqueanteparavercómoevolucionaysivemosqueenunosdíassigueasínosplantearemosdarleelaltaencuantopodamosylasondadentrodediezdíasysinosonmicromachinesnoson losauténticos.
La verdad es que cuando observas hablar al médico, intentando no distraerte mientras te habla, y dejando a un lado la mala impresión que te está dando con tantas prisas, darte cuenta de que apenas llega a cuarentón y que se recorta los pelos de las orejas no te hace compararlo con ningún doctor buenorro de la tele.

De hecho, generalmente hay varios personajes que no aparecen en las series de televisión:

- Celadores.
- Auxiliares.
- Enfermeros/as.

Si acaso, las enfermeras aparecen en las series como "pesca menor" de los médicos buenorros. Sin embargo, en la realidad de nuestros hospitales, los médicos van y vienen, con sus batas ondeando, siempre muy deprisa, muy atareados... O aparentando estarlo. No lo sé. Pero los que permanecen, atienden, y llevan para adelante el funcionamiento de una planta son el personal de enfermería, y auxiliar de enfermería.


Por cierto, aqui las limpiadoras no están todas gordas ni son negras. Tampoco escuchan música con cascos, ni se mueven al son de la misma.

Si hiciéramos una serie realista tendríamos que usar personajes muy diferentes a los que estamos acostumbrados. Hay estereotipos, sí. Pero no son para nada los que nos tienen vendidos.

Comentarios

  1. Si hija, a veces nos comen tanto el coco con la tele, q vas a un hospital y piensas q te vas a encontrara alli con los de Hospital Central, o q todos los polis estan tan buenos como Lucas, o cosas de estas... Pero por desgracia la vida real no es tan glamurosa.

    Un besete.

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  2. Ahhh no ahí no estoy de acuerdo. Hay algunos en la Policía Nacional de Huelva que Lucas al lado tiene pinta de Yonki anoréxico.

    A ver si un día me cachean... (Los que he dicho, no los barrigones).

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