Un besugo le dice a otro

Desde que me fui a vivir "fuera", el móvil se ha convertido en un apéndice de mí misma, ya no por la frecuencia con la que suene o el tiempo que paso con la orejilla pegada, sino más bien porque el móvil representa el vínculo con el hogar y con la gente que más quiero.

Con mi madre hablo varias veces al día, y lo de "te doy un toke" aún no lo tiene ella muy superado. Mi padre tiene la sana costumbre de ignorar las promociones de "Vodafone Simply", así que mi madre leva un móvil de última generación que tiene más funciones que una Blackberry. Así que la pobre se me lía y se producen situaciones como la de ayer:


Me suena el móvil con la melodía que tengo puesta especial para mi madre: Camarón en tono real cantando "Volando voy, volando vengo...".

Yo: Dime.
Mamá: Que me has llamado, que qué quieres.
Yo: ¿Yo? No, no te he llamado.
Mamá: Ah, pues tenía una llamada tuya.
Yo: Pues no te he llamado.
Mamá: Pues será la perdida de ayer, que no se ha quitado.
Yo: No sé.
Mamá: Bueno, ¿y qué querías?.
Yo: Nada, si no tengo nada que contarte, por eso no te he llamado.
Mamá: Ah, como he visto la llamada, es que no le sé mirar de cuándo es, pero es una llamada tuya.
Yo: Pues yo no he sido.
Mamá: ah, no sé, es que pone - llamada perdida- y tu número.
Yo: Pues será la de ayer.
Mamá: No sé, ¿no me has llamado?
Yo: No, es que tampoco tengo nada que contar...
Mamá: Como vi la llamada, pensé que me habías llamado...
Yo: Pues no, bueno, ¿y qué te cuentas?.
mamá: Nada, que miré el móvil y dije: ¡pues me ha llamado y no me he enterado!, como vi tu llamada...


Le regalamos a Vodafone veinte minutos de conversación de este estilo. Deberían poner tarifas especiales para diálogos de besugos, se forraban.

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