Trasnochando con los vecinos

En mi casa somos todos muy creativos. Y luego tenemos que estar dando explicaciones a la gente: a los amigos del instituto cuando los traemos a casa, y a los técnicos de ONO, por poner un ejemplo.
Hay mucha gente que compra dos pisos y los une (Digo yo que ya habrá menos que antes, tal como está el Euribor), pero en mi casa los pisos pertenecen a edificios diferentes. Como uno de los edificios tiene local comercial y el otro no, hubo que salvar el desnivel con una escalera. La escalera es de mármol, tiene 6 escalones y medio (un pequeño escaloncito) y goteras en la junta de los edificios cuando llueve a lo bestia, lo cual le da verdadera emoción a las noches de tormenta (¿Habrá charco en la escalera?).
El cuarto de la escalera es el centro neurálgico de la casa. Si en Friends es ese salón-cocina tan mono, en mi casa terminamos siempre sentados en la escalera de charla. Es un lugar ideal para jugar cuando eres pequeño, y mis sobrinos están de acuerdo.
Por esta distribución de casa doble tan peculiar tengo dos vecindarios diferentes. A uno de ellos ya le he dedicado varios post, el otro los empieza a merecer.
Desde que tengo uso de razón ha variado el vecindario. Hace mil años que no está la pareja de ancianos del tercero, que me alarmó en la más tierna infancia cuando el señor intentaba localizar a su esposa llamándola a gritos por el hueco de la escalera. La señora se llamaba Socorro.
Tampoco está "la sevillana", una mujer (con su familia) que tenía mucho arte y con la que nos reíamos mucho. Se le incendió el comedor, recuerdo. Yo estaba en octavo. El segundo incendio del edificio fue en mi casa, pero eso es otra historia.
Tampoco está Tere, la vecina de enfrente que tuvo la valentía de "ir a por la niña" una porrá de veces. Le salió a la sexta. Evidentemente se mudó a un piso más grande.
Idas recientes: el policía nacional con su mujer croata, que entre el dominio del idioma con todo el argot andaluz, y la chispa innata más que croata parecía una gaditana teñida de rubia platino. Eso eran tertulias de escalera y lo demás son tonterías.
Pero últimamente mi vecina de al lado me preocupa. Se le han acentuado las ojeras, seguramente su esposo no rinde en el trabajo y la niña nos va a bajar la nota media (Hola Maypa!!!). El problema es que el vecino del extremo tiene una vida un tanto escandalosa, a altas horas de la mañana con una persona, al parecer, digna de doblar una película de terror. Tal es el griterío que ya hay quien se plantea si es horror o gusto, realidad o fingido. La sufrida señora de abajo pega con el palo de la escoba en el techo, como en las películas de Pajares, pero nada. Se ve que les pone.
Como siga así la cosa, para navidad tengo claro los regalos. Voy a poner un anuncio en el ascensor por el que presentándose en mi casa con el certificado de empadronamiento en este, nuestro edificio, se haga entrega de unos maravillosos tapones para los oídos.

Comentarios

  1. Tienes dos vecindarios de los más peculiares y divertidos. No te planteas ir de ayudante de guionista para alguna serie de tv?

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  2. La verdad es que mi casa a veces parece el Hostal Royal Manzanares... Si no me sale bien lo de ser maestra me lo tendré que plantear.

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