Onos Baal, Onos aestuaria, Onoba, Huelva

En la isla de Tartessos, justo enfrente de la ciudad de Huelva, se pueden visitar unas ruínas de una ciudad árabe de hace mucho, mucho tiempo.

De estas ruinas, sobre las que actualmente pastan cabras, poco queda, pero no constituyen más que un ejemplo de los muchos asentamientos que ha habido en la zona de Huelva.




Ya entonces se explotaban las minas de Riotinto, y el cobre era transportado por el río hasta llegar a esta cuidad árabe que, curiosamente, era una ciudad industrial, como lo es Huelva ahora.





En esta Onuba árabe la industria de tratado del mineral se encontraba dispuesta de idéntica forma a como están dispuestas las industrias en la Huelva actual. La razón es que los vientos van muy rara vez hacia la capital.


La industria en Huelva llegó en época franquista para impulso económico de la capital, que se moría de hambre. Y como la prioridad era dar de comer a la gente poco se miró por el entorno. Los tiempos han cambiado y en la actualidad a todos nos conviene tener una industria que optimice su producción y que a la vez tenga el máximo respeto por el entorno.


Sin embargo hay algunas personas, que se llaman a sí mismas defensoras de Huelva y del medio ambiente que, en vez de aportar soluciones factibles, pretenden condenar a nuestra ciudad a un pozo de mala fama y perros mutantes.






Un ejemplo visible de este colectivo es un grupo de políticos (políticos por etiquetarlos de alguna forma) que se hacen llamar "La mesa de la ría". La mesa de la ría propone quitar de un plumazo toda fábrica y recuperar la ría para los onubenses. Y eso lo decidió en una cena de navidad en la antigua "Cabaña del abuelo Manué", con cascos de vikingo y sonrisa beoda (Foto que fue publicada en la contraportada del Huelva Información).






Huelva no tiene playa urbana, así que menudo pelotazo inmobiliario si hacemos una urbanización al lado de un paseo marítimo pero sin mar, en la ría.






La mesa de la ría organizó un encuentro con música, comida y bebida (creo recordar que gratis) en el monumento a Colón. Una iniciativa que buscaba promover el amor de la gente por su tierra y defender el derecho a una Huelva menos contaminada. Los periódicos se hicieron eco de la asistencia "masiva" al encuentro, pero obviaron los desperdicios que estaban allí al terminar y que estuvieron un tiempo después.




A Huelva le hace falta gente inteligente y resolutiva. Gente que apueste por el desarrollo sostenible, por la modernización de una industria que contamine cada vez menos.




Mucha gente se queja de las balsas de fosfoyesos, pero aún no he escuchado ninguna voz que aporte una posible solución.





Huelva, según un reciente estudio, ni siquiera está entre las 10 ciudades más contaminadas de España (http://www.publico.es/ciencias/003619/aire/sucio/urbes/ciudades/polucion/contaminacion), así que no entiendo a qué ha venido echarnos tanta tierra encima dándonos una fama injustificada. Pero es cosa mía, que nunca he entendido los intereses económicos.





Hoy por hoy, la industria mantiene de forma directa a muchos miles de familias y, aunque hay a quien le pese, mantiene de forma indirecta a toda la ciudad. No nos mantiene la pesca, ni la agricultura, ni mucho menos el turismo.




Deberíamos desarrollar los potenciales olvidados de nuestra tierra y preocuparnos de cómo sacarla adelante, levantarla ¡arriba!. Y para eso no hace falta hablar mal de ella.




Comentarios

  1. Mi Huelva tiene una ría, pero de ella no sale el pan desde hace mucho. La Huelva marinera desapareció hace unos cuantos años, aunque ahora parece que se está recuperando parte.
    El Polo Químico, como bien dices, da de comer de manera directa e indirecta a muchísimas personas. Fue el que levantó la ciudad en su momento y el que ha hecho de Huelva lo que es hoy. Si lo quitan ¿de qué pretenden que viva la ciudad? ¿De la playa que no tiene? ¿Del turismo? Por muy amigo que sea de Elías Rodríguez Picon, su estatua de Juan Ramón y la que está preparando para la plaza del Punto no son, lo que se dice, reclamos turísticos. Tampoco lo son la del litri, ni la del decano ni la de Juan Pablo II. Antes de pensar en quitar el Polo Químico, lo primero que hay que hacer es asegurar el puesto de los trabajadores y pensar cuál es la Huelva que queremos. Desde luego no una Huelva contaminada, pero me herviría la sangre que si el lugar que hoy ocupa el polo mañana sea de chaletes y adosados al más puro estilo marbella (que es lo que me temo que pasaría hoy día) Ecologismo, sí, pero con cabeza

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  2. No puedo estar más de acuerdo con amb@s. Siempre he pensado que en Huelva, los propios onubenses nos encargamos de dar mala fama de nuestra tierra allá donde vamos. Es muy raro encontrar un onubense que vaya orgulloso, diciendo lo bonita que es su tierra (como un sevillano por ejemplo). Todo lo contrario, cunde el "si me puedo ir a estudiar fuera, mejor".

    Es una pena, porque creo que Huelva tiene muchas cosas de las que estar orgullosa.

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