Lejos


Hay quien piensa que he tenido suerte.


Hay quien piensa que lo que me esta pasando es una aventura maravillosa.



¿Tambien lo piensas? Mira a tu alrededor. El color de tus paredes, el sonido familiar de tu ordenador encendido, los sonidos que escuchas los domingos desde tu cama que te recuerdan que estas en casa. Tu bata, tu ropa en el armario, los cajones atestados de tonterias inutiles que no te decides a tirar. Tu familia, tu pareja, el calor que desprenden cuando das un abrazo. Los olores, como el de la comida en la cocina, el de la gente que quieres. Los niños creciendo, el placer cotidiano de llegar a casa.



Imagina que, de pronto, tienes que dejarlo atras. Tienes menos de 24 horas para hacerte a la idea.

Me fui el dia 1 de noviembre. Fue en la madrugada del dia 23 al 24 de diciembre cuando al fin pude ver en el aeropuerto una cara conocida. Una pareja diferente, mas delgado, con mas barba, el pelo mas corto. Abrazo. El olor familiar... y de pronto recuerdo todo lo que he perdido. Casi dos meses sin ver a nadie con el que tenga lazos emocionales importantes. Dos meses sin el olor de mi casa, sin dormir en mi propia cama.



¿Has tenido alguna vez esa pesadilla en la que corres, corres y no logras moverte del sitio? Creeme que 6 horas de atraso en el vuelo de vuelta a casa, la vispera de navidad, se parece mucho a la angustia que se siente. ¿Dormire en casa hoy? Doy una cabezada en el avion, y cuando abro los ojos por la ventana veo unas luces que forman una silueta que me resulta muy familiar: El cabo de San Vicente. Faro. Interpreto la oscuridad en una zona como el Guadiana. Ayamonte, Isla cristina... Eso es Punta Umbria. Eso es Huelva. Hay 7 luces que me resultan muy familiares, las del puerto de Huelva. Yo vivo muy cerca y, con la frente pegada al cristal, dos lagrimas caen de forma silenciosa por mi cara. Ahi abajo esta mi casa. Al fin llego a Sevilla. Debia haber aterridado poco antes de las 21h, pero son las tres y pico de la mañana. Hago noche en Sevilla, suerte que mi novio me hace un sitio en su pequeño estudio de residente (Como la Grey, fijate). Hoy tampoco duermo en casa.


Despierto y tardo unos segundos en darme cuenta de donde estoy, con quien estoy... El viaje hasta casa... largo (antes ir y venir de Sevilla me parecia nada). Me siento agotada y casi no se si quiero llegar. Vengo enferma y debilitada. Desacostumbrada a las caricias, al contacto fisico.


Me reciben mi madre y mi hermana, hasta me reciben en el ascensor. Su comentario: Si, viene mas delgada. Aun no me he dado cuenta, pero he bajado mas de una talla en este tiempo. Mi casa me parece ahora extraña. Mis cosas estan cambiadas de sitio. He perdido la costumbre de estar con mi propia familia. Me cuesta darme cuenta de que he vuelto a casa. A casa de mis padres. Por primera vez en dos meses duermo. Con la tranquilidad de sentirme bien, entre personas conocidas.


Y me viene la imagen de la ultima vez que mi casa era mi casa. Eran las 4 de la mañana, y cerraba las maletas para irme al aeropuerto. Mi vida en una maleta y la mochila del portatil al hombro. Miedo, pena... juro que no queria pensar en lo que estaba haciendo. Mi madre muy preocupada, porque la noche anterior llore amargamente durante horas, me pregunta que que me pasa, y le digo la verdad, que tengo miedo, que ya estuve trabajando fuera una vez y que se lo mal que se pasa. Vamos, que me fui con conocimiento de causa. No se si soy valiente o es que me gusta sufrir.


Termine la carrera hace 4 años y no tenia trabajo. No he visto otra salida. No me apetecia volver a El Corte Ingles, a doblar ropa y aguantar a pijas insolentes con sus Burberrys. Pero la edad se me echa encima, no puedo formar una familia, no puedo sin trabajo.


Y si pasan 4 años desde que termine la carrera son casi 6 desde la ultima vez que di frances. ¿Sere capaz de enseñar, de decir dos palabras seguidas en un idioma que no practico desde hace años? Me siento inutil, no valida... casi una maestra impostora.


Se por el foro de Maestros25 de las historias de compañeros en una situacion similar a la mia. Con la casa a cuestas, de pueblo en pueblo dejando atras a veces hasta un hijo. Somos nomadas en la vida, haciendo un largo viaje para poder encontrar (o construir) nuestro hogar.
Quiza haya tenido una suerte infinita (en el fondo lo se), pero no me dare cuenta hasta dentro de unos años. No se si tengo suerte, lo que se es que me queda un dia en casa.
En estos dos meses he ganado muchas cosas. He conocido a gente maravillosa que me ha arropado de una forma increible. Asi es facil sentirse menos sola. Me he dado cuenta de que personas que yo pense no me apreciaban especialmente han estado interesados en como me sentia. Ha habido otras personas que crei muy cercanas, pero que practicamente me han borrado de sus vidas.
Y mira que me lo decia mi amiga Sonia:
- En cuanto te vayan bien las cosas, sabras quien es tu amigo.
Ojala hubiera algo que me aliviara el dolor de esta nueva perdida, de la nueva despedida que tengo que hacer de todo...
Pero me levantare.

Comentarios

  1. Siempre cuando dejamos nuestro hogar nos sentimos más susceptibles a todo, más asolados, agobiados y olvidados en cierta manera. Cada vez que te sientas sola sólo tienes que hacermelo saber, que se lo que es sentirse asi y se pasa mu mal.Aqui me tienes para cuando me necesites y, por supuesto, para cuando no,también.;-).NaLia

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