¿Diesel o gasolina?


Ronroneo como una gata delante del escaparate de la Honda.
Tienen un nuevo civic, en negro. Lleva mi nombre y alguien que no sea yo lo comprará. Mierda de paro.

Mi novio me pasea por la ciudad, vamos camino a casa y nos cruzamos con los niñatos de siempre del ferrari. Es que Huelva es muy chica y encima los del ferrari son unos catetos hijos de (hijos de los de una inmobiliaria)que sacan el coche los fines de semana y puentes para fardar por las zonas de marcha o dejarlo en doble fila delante del Molly Malone en Pablo Rada. Anda que si yo me hubiera gastado esa cantidad indecente de kilos lo iba a dejar aparcado en doble fila.

Para dos aficionados como nosotros a la fórmula uno al principio cruzarnos con el ferrari era todo un acontecimiento.

Hoy me dice mi chico: el otro día se me páró al lado un lamborghini y cómo sonaba, niña. Y acto seguido se pone a hacerme la onomatopeya del lamborghini. Lamborghini al ralentí, lamborguini acelerando...
No sabía que había un lamborghini por Huelva, respondo. ¿Un lamborghini diablo? suena mi voz, esperanzada.
No, responde él sin inmutarse, un murciélago.
Ah.

Pero cómo sonaba, niña. Ése tenía revoluciones p'a eso y p'a más. Si es que el ferrari este a su lado suena como caca de la vaca (textualmente).
A mi me da la risa floja.

Mi novio opina que el ferrari de los niños ricos suena a caca de la vaca. Y yo suspirando en el escaparate de la Honda. Qué mal repartido está el mundo.

Comentarios

  1. Yo tb lo vi, compi!! No veas cómo sonaba: era un sonido que se te metía en el cuerpo!!

    Impresionante.

    Por cierto, soy Paco!!

    ResponderEliminar

Publicar un comentario