El dolor miserere y otros apuntes de sabiduría

Desde el domingo 25 de octubre hasta el día de hoy he aprendido mucho; de verdad. Por eso me parece que debo compartirlo y hacer llegar esa sabiduría, en una lista de descubrimientos ordenados de forma cronológica, lo más lejos que pueda. Comencemos.


Del domingo 25 de octubre al lunes 26 de octubre.


- El cuerpo es tan sabio que resulta lógico pensar que si normalmente se tiene hambre, y esa sensación desaparece durante una semana, algo va mal.

- Hay domingos que empieza muy bien, pero pueden terminar fatal. Por ejemplo, puedes empezar comprando alguna revista de moda y acabar, esa misma noche, retorciéndote de dolor.

- Puede resultar que nos sintamos tan enfermos que no atinemos a avisar por teléfono a nadie.

- El tiempo se dilata o se contrae en función de lo que te duela algo. Si tienes fiebre y caes inconsciente la noche puede resultarte a la vez eterna y corta.

- Es posible avisar a tu jefe de que no vas a trabajar espetándole "No sé qué tengo, pero estoy muy mala, me voy al hospital" en tono lastimero, mientras te abrazas a ti mismo.

- Cuando le dices a un médico "me duele TODO" y es verdad, lo despistas mucho. Pero a los médicos hay que decirles la verdad, porque es mejor no tener diagnóstico que uno erróneo.

- A veces se da el caso de que duele mucho que te cojan una vía.

- Una subida grande y repentina de fiebre puede hacerte delirar, incluso te sentirás muy creativo, haciendo chistes acerca de Rajoy (¿Y la europea?). A lo mejor te haces tanta gracia que te ríes y te retuerces de dolor a la vez, mientras tu madre y tu marido ponen una cara muy rara.

- A veces despistas tanto al médico que no puede darte un diagnóstico, y entonces te manda a casa, "a ver cómo evolucionas". Y al principio te fastidia, pero luego lo ves normal.

- Puede pasar que te encuentres tan mal que quieras quedarte en casa de tus padres, porque sabes que los maridos aguantan despiertos un número limitado de horas.


Martes 26 de octubre.

- Si te encuentras mal, y has quedado, siempre habrá algún optimista que te diga eso de "anímate y vente, que ya verás cómo te pones mejor".

- Eso te hará pensar en dos cosas. La primera que cuánta gente faltará al trabajo por algo que se cure tan fácilmente como animándose y largándose de merienda. La segunda, que a ver cómo le haces entender a la gente que te encuentras a morir.

- Si viene tu marido y le dices que te duele la tripa va a hacer una cosa muy curiosa consistente en apretarte un lado del abdomen y soltar la presión de golpe. No digas que te duele eso porque te pierdes.

- Mi amiga S es bruja: "Mañana a estas horas estás "operá", acuérdate de lo que te digo" Aunque termina su profecía con un "te voy llamando" y dando muchos ánimos.

- Que te cojan una vía puede doler muchísimo.

- He dicho antes que si dices que te duele te pierdes porque lo de apretar y soltar lo repetirán el médico de cabecera, la médico de urgencias, el señor que te hace la eco y que tiene raíces del tinte... Hasta que harta de ese sufrimiento, que consideras, gratuito grites: "¿Esto qué es? ¿La moda del día?".

- Puede que lo de soltar y apretar te haya dejado tan tocada que tiembles al ver llegar al cirujano.

- No todos los cirujanos jóvenes y guapos están en Anatomía de Grey, y por eso maldecirás la ducha del domingo donde dijiste "Bah, ya me depilo mañana". Si además no te hace lo que duele y te trata con mimo cuando te explora la tripa morirás de amor; incluso delante de tu madre y de tu marido (Ese ciru cómo mola se merece una ola)

- Puede pasar que la primera reacción que tengas cuando te dicen que te van a operar sea comprobar que llevas unas bragas monas. Toda una vida pensando en el miedo que te daría estar en esa situación en cambio te preocupas por llevar las bragas adecuadas.

- La señora que te viene a explicar que para operarte te pongas una batita abierta por delante puede que también se fije en lo monas que tienes las uñas. Das gracias de llevar cubiertos los pelos de las piernas y empiezas a hacer mentalmente una hucha para la depilación láser. Luego termina diciendo que solamente la bata, nada de ropa interior. Así que tu preocupación por las bragas pasa a un segundísimo plano.

- Lo que mi abuela llamaba "el dolor miserere" no es otra cosa que apendicitis.

- Existen anestesistas que son unos bromistas y que, cuando le sigues el juego, te cuentan algo que hagan que te partas de risa estando ya sobre la mesa de operaciones.

- Piensa en algo agradable- Me dijo el señor anestesista.
- Zapatos- dije, como respuesta.

#famosasúltimaspalabras


Cosas aprendidas post-cirugía

- Duele menos lo del apéndice que lo de meterte un tubo en la boca durante la operación.

- La anestesia puede dar alucinaciones.

- Es posible que, por la operación, el control del pis sea una nueva cosa a aprender.

- Que me cojan una vía es el nuevo terror de mi vida.

- El cachondeo de mi familia puede que no tenga límites.

- Una magdalena metida en Nesquick tras cuatro días sin comer sabe A GLORIA.

- Lo de tener grapas en el cuerpo es algo chungo de pensar, pero poco doloroso y molesto en la práctica. Incluso cuando te las quitan.

- La amistad no se demuestra con grandes aspavientos, ni frases en Facebook de "mi amiga es mi hermana". Se demuestra con una visita con cara preocupada, con callarte antes de la operación que sabes de alguien que murió de eso, con unos calcetines que te pongan de buen humor. Gracias.


Cosas que son un hecho

- Las duchas están infravaloradas. Duchaos. Duchaos mucho, duchaos bien.

- Los cupcakes nunca, nunca, nunca podrán igualarse a una magdalena, con su costra de azúcar por encima.

- Nunca olvidéis que cambiar de postura es un placer solamente igualado con poder dormir de ladito.

- No hay nada más perenne que el pegamento de los esparadrapos. Ni los diamantes.

Comentarios

  1. Intuyo por este post que ya te encuentras bastante mejor :) Ojalá no hubieses tenido que aprender todas estas cosas, especialmente las que duelen, pero bueno, al menos ha salido todo bien.

    Besotes gigantes, guapa :)

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  2. Poooobre. Espero que estés ya mucho mejor...

    Besos.

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