El clavo que sobresale siempre es amartillado

Se llamaba como una virgen mexicana porque su madre, angustiada durante el parto, se encomendó a esa figura que ni siquiera había tenido tradición familiar. Un vez acabado el parto, que parece que no fue sino un parto normal vivido por una primeriza, le puso a la niña el nombre de la virgen nunca antes nombrada dejando a toda la familia con la boca abierta. Cuando yo la conocí tenía quince años, un pelo castaño que le llegaba por la cintura, el mejor conjunto de la colección de Mango de aquel año, y una personalidad arrolladora. ¿Cómo olvidar esta colección de ropa? Recuerdo que me compré la misma falda que ella en cuanto pude pero que al enseñarla en casa mi padre me mandó directa a la tienda con la falda y cinco mil pesetas más en forma de soborno "para que te compres algo con más tela". Mi amiga esta del insti, aunque no llegamos a ser íntimas, era guay. Lo guay que se puede ser a los quince, ya me entendéis, pero al menos destacaba por encima de esa masa de b