Marica

No recuerdo el momento en el que supe que me gustaban los chicos. Qué gran revelación. Desde entonces lo he tenido clarísimo. Me gustan los hombres aunque oye, no todos.

Con el tiempo supe que eso se llamaba ser heterosexual y que, en mi sociedad, eso era lo mismo que nacer con una flor en el culo. Correcto, deseable, esperable. Una bicoca.

Y, a veces, además de gustarme los chicos también hablo por los codos. Con esa verborrea que luego me hace pensar eso de "oye, me he pasado, soy una plasta". Pero mira, qué cosas. Que no se elige cómo se nace.


Este año, mi clase de angelitos traviesos tiene un par de elementos de esos que metía en el maletero del coche para llevármelos a casa. Uno de ellos, mi pequeño P, habla por los codos. Y sí, tengo a compañeros que eso les molesta, pero yo voy a P, le digo que es un bicho, que deje descanso a la lengua, que le voy a pegar un bocao que lo dejo sin nariz y a ver cómo le explicamos eso a la madre, y que porfi, que intente estar callado, que voy a explicar las divisiones. Y él se echa una cremallerita imaginaria en su boca y dura un ratito en plan bueno.


Mi P, además de ser una radio andante, es un buen amigo. Siempre tiene consuelo para el compañero que llora, la que pierde la goma, el que no trae el lápiz y el que mete la pata. Y cuando es la maestra la que le presta un boli, P me lo agradece con una sonrisa de viejo desdentado, y un abrazo gratis. Sin aspavientos.

El otro día, con un compañero maestro, o una compañera (¿Qué más da eso?) hablo acerca de P. Que no se calla, lo sé, que no para quieto, lo sé. Y mi colega me coge de sorpresa.

- P, ese niño... Es marica, ¿no?
- ¿Eh?- Respondo, noqueada.
- Que digo que el niño es marica, ¿o tú cómo lo ves que es?
- Ah, pues... Simpático. Yo lo veo simpático.



Por ahora, como maestra, voy a cuidar de que P siga dando cariño igual de bien que hasta ahora. En quién deposite sus afectos cuando sea adulto... Pues me da tres leches. Seguro que a vosotros también.

Comentarios

  1. Qué suerte P al tenerte como maestra! Y qué asco la gente que pone etiquetas...

    ResponderEliminar
  2. !!Pa comérselo... A P!!!!!

    A tu compañer@ no!!! Que tiene que saber a rancio....uff!!!

    ResponderEliminar
  3. A mí me la trae al pairo a quién le dé cariño P, mientras que dé mucho. De momento a su maestra, que parece contenta de tenerlo. Y olé.

    Desde luego... Me quedo ojiplática con este tipo de situaciones. ¿Es marica porque habla? ¿O porque es cariñoso? Es que hay que joderse... (con perdón).

    Besos :)

    ResponderEliminar
  4. debes ser una maestra la mar de chachi.
    lo de tu colega me parece alucinante.
    en fin, ojala P se encuentre con mucha gente como tu y poca como tu companyer@.
    LP

    ResponderEliminar
  5. Que tremendo!! Diste la respuesta correcta, ole tú!!

    ResponderEliminar
  6. Bien! Por fin has vuelto. Tenía ganas de que volvieras a postear alguna anecdota del cole porque aunque comento muy poco siempre te leía en la sombra y durante todo este tiempo aunque leo otros blogs nose, como que notaba que faltaba algo... Bienvenida ��

    ResponderEliminar
  7. Esto es mas triste que el final de Pocahontas, y aún más sabiendo que es real, vaya con el comp@...

    Buena entrada!

    ResponderEliminar
  8. ¿Ves? esta etiqueta no te gusta (ni a mí, que conste) pero ¡ay! ¡cómo nos pasamos con las otras! la cabrita loca, la pellizquitos, el raro, la fea... ¿sigo?

    ResponderEliminar
  9. Si te parece, anónimo inconsciente, los llamo por su nombre, para que toda la comunidad educativa reconozca las intimidades de los menores, ¿mejor así? ¿Una inicial como en los periódicos? ¿Mejor pongo "alumno anónimo"?

    ResponderEliminar

Publicar un comentario