Venganza

El jueves llegué al cole de buena mañana, hice las fotocopias de la hoja de castigo y me relamí hasta que llegó el momento de ir hacia la fila a buscar a los chavales.

Con mi mejor sonrisa, veo que me abordan en tropa.

- Seño, que se me ha olvidado hacer la tarea.

- Seño, que no he podido hacer "na".

Las pocas dudas que me quedaban al respecto de la pertinencia de la hoja de castigo caen con cada excusa que oigo.

Pongo un maternal sonrisa, señalo los folios enrollados y digo:

- No os preocupéis por no traer la tarea, aquí traigo toooooodo lo que necesitamos.

Los niños ponen cara de "pues eso, que no pasa nada", y suben dóciles a la clase.

En teoría deberíamos comenzar el día con Educación para la ciudadanía, clase que tenemos una vez a la semana. Esto es, los deberes llevan mandados una semana y yo misma me he encargado de ir recordando que había tarea para esta asignatura. Al entrar en clase pido la tarea y trece niños de veintiún alumnos no traen los deberes. Trece de veintiuno.

Me hago la indiferente y les preguntó por los planes que tienen para el fantástico fin de semana que se acerca.

- Yo pienso tirarme el día jugando. A la Play.

- Pues yo tengo nada menos que dos celebraciones de cumpleaños, no pienso parar en casa.

Dejo que hablen varios y entonces digo:

- Una maravilla vuestros planes, pedazo de fin de semana os vais a pasar... Siempre que terminéis la hoja de castigo, claro. - hago una pausa dramática y empiezo a repartir la hoja entre miradas de horror- Como os dije ayer, os voy a crujir, y eso significa ir os voy a hacer trabajar tanto que os van a crujir las manos. Se os ha acabado el rollo, señores. Llevo un mes diciendo ir trabajéis, que a clase no se viene a perder el tiempo... Pero no habéis dado un palo al agua ni en clase ni en casa. Así que hasta aquí hemos llegado y esta es la primera de las nuevas medidas. Si no se trabaja en clase, hoja de castigo. Si no se trabaja en casa, hoja de castigo. Y os digo más con respecto a los deberes de hoy, ¿no dijimos que no había exámenes de ciudadanía y que poníamos la nota según los trabajo los deberes y la actitud?

- Sí, responden unos pocos.

- Si alguna vez me entregáis un examen en blanco ¿qué nota pensáis que le corresponde?

- Un cero.

- Efectivamente, pues esa es la nota que tienen las trece personas que hoy han venido con la tarea por hacer y que os voy a apuntar en las agenda para que se sepa en casa y el suspenso en Navidad no coja a nadie desprevenido. Tenéis cuatro horas de clase conmigo hoy, que vais a emplear en hacer la hoja de castigo. Yo no os voy a llamar la atención, simplemente lo que no hagáis aquí deberá estar hecho el lunes. Porque el lunes voy a revisar los cuadernos, señores, uno por uno, y el infortunado que se hay saltado un solo ejercicio aunque sea sin querer se va a encontrar con la hoja de castigo número dos, ¿estamos? Como he dicho, se os ha acabado el rollo conmigo, en mi clase se trabaja sí o sí.

Ni os cuento las caras. Caras de soldado alemán en medio del invierno ruso. Esa cara.

Y ahí que me senté, mientras me miraban incrédulos. Hasta que poco a poco se dieron cuenta de un más les valía colaborar. Y se hizo el silencio.

Dos horas más tarde una de las niñas moñas de la clase usa sus artes para convencerme de que tenga clemencia.

- Señooooo,- me dice agitando sus pestañas oscuras, con voz cantarina y varita de ver el Disney Channel- perdónanos, andaaaaaaaa, por favooooor.

- Yo os pedía "por favor, trabajad", "por favor, no me hagáis levantar la voz que estoy enferma", "por favor, tened cuidado por las escaleras"... ¿Cuántas de esas veces que os pedí por favor alguna cosa me hicísteis caso?

- Ninguna.

- Pues no esperéis que os haga caso yo a vosotros. Seguid trabajando.



Cuando suena el timbre del recreo me piden, me suplican, que les deje quedarse en clase trabajando. Les digo que nones, que la lección a aprender es que en clase se trabaja para contar con tiempo de ocio, y que ni en clase se tontea ni en el recreo se tienen que hacer deberes.

A la vuelta del recreo compruebo cómo,por primera vez en lo que va de curso, no tengo que desgañitarme para imponer silencio y empezar a trabajar. Disfruto. Soy feliz.


Antes despedirme de ellos hago un sondeo. Unos cinco alumnos no llevan tarea para casa, unos diez llevan entre tres y cinco ejercicios. El resto, el sector gamberro, el sector pasivo-agresivo confiesa que no se ha dado prisa porque confiaban en que yo, al final, perdonase sus pecados. Mal supuesto, chavales, porque ahora mismo tenéis que estar pasando un puente de la Hispanidad estupendo.

Los chicos y las chicas me despiden entre peloteos, me juran y perjuran en que han aprendido la lección y ir no volverán a hacer el vago.

- ¿Me lo prometéis? - les digo.

- De verdad, maestra.

- Yo también os lo prometo, lo de antes no se os va a ocurrir hacerlo nunca más.



Palabrita de maestra de las de antes.



Comentarios

  1. Oye, y una pregunta desde mi más absoluta ignorancia.. ¿por qué esa hoja de castigo sí la van a hacer este puente si los deberes ordinarios no los harían? ¿Cuál es la diferencia? No acabo de entenderlo...

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  2. Me encanta! Tengo un hijo de 7 años, este año ha empezado tercero de primaria, y te aseguro que hacen a diario en clase mas de esos ejercicios, su profe nos dice, si los veis agobiados me lo decis, q no os imaginais lo q trabajan en clase..., eso si, ni una sola tarea para casa les manda, las tardes son para disfrutar dice ella, y me parece bien.

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  3. Me parece espléndido. Sin embargo, a ver lo que tarda en llegar algún padre diciendo que pobrecito su niño que no tiene tiempo para jugar a la "Play".

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  4. Anita, es que he prometido una segunda hoja de castigo a quien no los traiga hechos... Espero que funcione.

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  5. Me lo he imaginado y me partía de la risa con las caras de soldado alemán en medio del invierno ruso xD

    Espero que te funcione durante muuucho tiempo. :P

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  6. Pasa una cosa, y a mí me ha pasado, por eso te la digo. Vas a tener alguno que va a pasar de la hoja de castigo uno y de la dos, y entonces no vas a saber por donde seguir. Quizá es que los míos son más mayores y tienen el pasotismo instalado. Que un niño de 10 años no haga los deberes es su responsabilidad, por supuesto, pero también lo es de los padres.

    Besos. A ver sí te funciona...

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  7. Lileth, eso he entendido. Supongo que me planteaba si podía pasar lo que dice Ro, igual porque te veía muy optimista, jajaja.
    A ver cómo sale, ya nos contarás! :)

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  8. Yo tengo alumnos más mayores y suelo combinar premios y castigos. El alumnado que tiene sus tareas al día puede disfrutar de una hora a la semana con actividades más divertidas (con ordenadores o tipo juegos) mientras los otros permanecen realizando sus tareas, pero además, los que no las tienen al día no pueden salir al recreo hasta que las terminan. Es cierto que las pueden acumular, pero en una semana sin recreo se convencen de que no es rentable, así que las hacen, vaya si las hacen...

    Yoli

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  9. ¿Y alguien se pregunta por el destino de los ocho? ¿qué fue de ellos? No vuelven a salir en el relato

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  10. Tiene que ser duro, entre sosainas y vagos, que poco motivador.....

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  11. Al leerlo me he preguntado lo mismo que Fernando. ¿Qué pasó con los ocho que sí trajeron los deberes hechos? ¿También tuvieron su inmerecida hoja de castigo?

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  12. Los Ocho que sí lo trajeron recibieron su palmadita de aprobación correspondiente.

    Sin embargo, la hoja de castigo ha sido por la tónica general de todo el mes, así que todos merecían la hoja de castigo.

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  13. Pues no acabo de ver yo la ventaja de haberlos hecho. Imagino que para la próxima, los 8 que sí la han hecho no lo harán y así sí se habrán ganado el castigo. Total, siempre habrá alguno que no la traiga y van a pagar todos. Este tipo de cosas es el que hacen que los que sí trabajan dejen de hacerlo.

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  14. Yo no podría hacer eso, por menos me han asaltado madres por la calle para protestarme por lo duro que soy. Y hoy mismo la enémisa reunión de padres en la que me ponen a caldo y me avisan que a ver si no van a tener que "protestar" porque "soy muy serio, y levanto la voz y golpeo la mesa y los tengo acojonados"... digo yo que si los tuviese acojonados no tendría que desgañitarme para conseguir un minuto de atención de cada 5.

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