Los niños y la crisis. Pero sin ñoñeces.
Cuando voy por las mañanas hacia el trabajo suelo escuchar la radio. A veces la oigo, otras la escucho. Estos días, escuchando, empiezan a hablar (en tres días han hablado de ello en todas las cadenas que tengo en la memoria del coche) de las recetas de los niños para salir de la crisis. Un estudio superficial y ñoño, de esos que te revuelven las tripas por muy bien que te haya sentado el desayuno.
Unos días atrás llamé a mi mesa a mi pequeña J, decidida a sonsacarle eso que la reconcome. La pequeña J es una niña guapa, lista, trabajadora, responsable, agradable... Y de un tiempo a esta parte saca malas notas, me confiesa no tener interés alguno en estudiar y se peleaba frecuentemente con sus compañeros. Cuando un niño o una niña da un cambio así hay un problema en el cole o, las más de las veces, en casa.
Se acercó J a la mesa, seria, mirándome de reojo. Me la senté en las rodillas y le dije que de ahí no se iba hasta que me dijese qué era lo que estaba pasando. Dudó unos instantes y se puso a llorar, sin dejar de hablar.
Entre lágrimas J me confiesa que en casa, entre papá y mamá, todo son gritos, reproches y malas caras. Le digo que no me cuente más, y que le voy a preguntar algo y que me diga si estoy acertando o no.
Le digo que seguro que papá y mamá discuten acerca de "pagar la casa", "pagar la luz", el trabajo, "que no hay dinero"... y mi pequeña, ojiplática, asiente alucinada ante la clarividencia de la maestra, que se pone a contarle, de forma sincera qué es eso de la crisis, que sus papás se quieren pero están agobiados y preocupados, y que cuando uno está así se pelea con quien más cerca tiene. Insisto en que no es algo de lo que tenga la culpa ella, ni los papás, y que la gente aunque se pelee se puede querer mucho.
Consuelo a mi chica que vuelve a su mesa con otro semblante, que me hace un dibujo con "Te quiero mucho" y que en dos días vuelve a sacar buenas notas.
Los padres, y las madres, hacen todo lo posible por disimular ante sus hijos. pero la crisis sigue ahí.
De mi pequeña I, la de dorados cabellos de princesa, ya he hablado otras veces. Su mamá trabaja, pero su empresa no le paga, o le va dando lo que buenamente puede. El papá de I no trabaja. Como ya he contado, I luce ropita donada, pendientes regalados y come en el comedor escolar gratis gracias a y debido a la mala situación de sus padres.
Y hace un par de semanas su madre se me deshacía en lágrimas:
- La niña quiere que la saque del comedor y comer en casa ¿Y cómo le explico yo que si no fuese por el comedor hay días que no podría comer?.
No podría comer, señores.
Los niños sufren las calamidades de la situación económica, las mismas miserias, que los adultos. Así que escuchar un ñoñoestudio de besitos y abrazos me ha parecido frivolizar la parte más seria de esta situación.
Unos días atrás llamé a mi mesa a mi pequeña J, decidida a sonsacarle eso que la reconcome. La pequeña J es una niña guapa, lista, trabajadora, responsable, agradable... Y de un tiempo a esta parte saca malas notas, me confiesa no tener interés alguno en estudiar y se peleaba frecuentemente con sus compañeros. Cuando un niño o una niña da un cambio así hay un problema en el cole o, las más de las veces, en casa.
Se acercó J a la mesa, seria, mirándome de reojo. Me la senté en las rodillas y le dije que de ahí no se iba hasta que me dijese qué era lo que estaba pasando. Dudó unos instantes y se puso a llorar, sin dejar de hablar.
Entre lágrimas J me confiesa que en casa, entre papá y mamá, todo son gritos, reproches y malas caras. Le digo que no me cuente más, y que le voy a preguntar algo y que me diga si estoy acertando o no.
Le digo que seguro que papá y mamá discuten acerca de "pagar la casa", "pagar la luz", el trabajo, "que no hay dinero"... y mi pequeña, ojiplática, asiente alucinada ante la clarividencia de la maestra, que se pone a contarle, de forma sincera qué es eso de la crisis, que sus papás se quieren pero están agobiados y preocupados, y que cuando uno está así se pelea con quien más cerca tiene. Insisto en que no es algo de lo que tenga la culpa ella, ni los papás, y que la gente aunque se pelee se puede querer mucho.
Consuelo a mi chica que vuelve a su mesa con otro semblante, que me hace un dibujo con "Te quiero mucho" y que en dos días vuelve a sacar buenas notas.
Los padres, y las madres, hacen todo lo posible por disimular ante sus hijos. pero la crisis sigue ahí.
De mi pequeña I, la de dorados cabellos de princesa, ya he hablado otras veces. Su mamá trabaja, pero su empresa no le paga, o le va dando lo que buenamente puede. El papá de I no trabaja. Como ya he contado, I luce ropita donada, pendientes regalados y come en el comedor escolar gratis gracias a y debido a la mala situación de sus padres.
Y hace un par de semanas su madre se me deshacía en lágrimas:
- La niña quiere que la saque del comedor y comer en casa ¿Y cómo le explico yo que si no fuese por el comedor hay días que no podría comer?.
No podría comer, señores.
Los niños sufren las calamidades de la situación económica, las mismas miserias, que los adultos. Así que escuchar un ñoñoestudio de besitos y abrazos me ha parecido frivolizar la parte más seria de esta situación.
Cuando yo era pequeña y estaba en el colegio las cosas en casa no iban demasiado bien. No era que no pudiéramos comer o que mis padres tuvieran problemas para pagar la casa, pero en medio del ambiente general de crecimiento económico de hace 15 años, mis padres iban bastante justitos. Yo lo notaba muchísimo, con mi ropa de mercadillo fea mientras las otras niñas llevaban sus camisetas de Mickey y Barbie, y no me atrevía a pedirle a mi madre que me comprara una mochila nueva a pesar de que la mía estaba destrozada.
ResponderEliminarCuando la situación económica en casa está mal los niños lo notan, son los primeros en sufrirlo, y tristemente nos ha tocado vivir un momento en el que es algo generalizado. Estoy viendo en mi casa escenas que no veía desde los 7 años. A estas alturas soy una adulta y lo entiendo, pero cuando estaba en el colegio no entendía por qué no me podían dar los mismos caprichos que a las otras niñas. No quiero ni pensar cómo tiene que ser que tus padres no tengan ni para comer.
Un beso.
Realmente la situación esta siendo muy dura para muchas familias. Por suerte en mi casa, a pesar que ahora tengo mucho menos trabajo, no es grabe pero si que intento concienciar a mis hijos cada día de lo complicado que está todo. Además lo están viviendo en sus coles, varios compañeros han sido desahuciados de sus casas y eso les crea cierta angustia.
ResponderEliminarYo tambien lo vivi de pequeña en mi casa y fue horrible. Me tocaba ir a la panaderia a "comprar" sin dinero muchas veces, muerta de verguenza diciendo qu eme lo apuntaran y que me recordara la tendera cada vez cuanto le debiamos, claro mi madre me mandaba a mi para no dar la cara...como eso muchisimas situaciones horribles como mudanzas cada año, estudiar con velas, comer turron duro durante dias chupando poco a poco, y mentir y mentir sin parar en el cole por ir sin libros durante meres, no poder ir a escursiones o llevar materiales de manualidades o miles de cosas asi. Lo pase tan mal que me dejare la piel para que mis hijos no tengan que sufrir algo parecido.
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