Preparados, listos... ¡lunes!

He intentado pasar el fin de semana en feliz aislamiento, haciéndome las manos, cocinando cosas ricas y poniéndome al día con la plancha. Lo he conseguido solamente a medias. Vaya por Dios. O me quedo con lo positivo u os cuento que a marido, de pronto, le ocuparon currando las tardes del fin de semana, o que uno de los muebles del baño ha intentado suicidarse desprendiéndose de la pared y precipitándose al suelo con todo su contenido, llevándose por delante en su maniobra kamikaze un lápiz de ojos de Sisley, uno de KIKO (el que más ha dolido, pese al precio) y un par más poco dignos de mención. El recuento de daños queda, afortunadamente, en eso y en el infortunado mueble.

Hoy recibo el lunes con la cara más lisa que el viernes debido a la cura de sueño, con ganas de hacerme un cambio de look radical que veremos a ver por dónde me sale porque miedo me doy en estos casos y con unas ganas tremendas de que bajen un poco las temperaturas porque trabajar con los niños a más de treinta grados es, literalmente, un infierno.

Como propósitos de la semana me planteo, en primer lugar adaptarme a la rutina del colegio, con sus pros y sus contras, venciendo al agotamiento que me invade en las primeras semanas de la vuelta al cole. Además, he de reconciliarme con mi armario, porque después de estar pendiente de los desfiles de la CMFW no me gusta nada de lo que pende de mis perchas. NADA.

Y, ya que estamos, y a ver si las temperaturas acompañan, ponerme remona hasta para ir a por el pan.


Pues eso.

Buen comienzo de semana.

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