Incoherencias adultas, regalos de Reyes y reflexiones varias

Cuando era pequeña, muy pequeña, vivía un matrimonio de ancianos en el tercero. Aún debía ser muy pequeña, porque recuerdo que apenas le llegaba a nadie a la cintura. Mi madre y yo esperábamos el ascensor y este hombre, como siempre, me preguntó:

- ¿Quieres un caramelito?

Yo, que por experiencia sabía que eran pictolines de menta, y la menta de peque no suele gustar, dije que no con la cabeza.

Mi madre me regañó porque me dijo que estaba muy mal rechazar estas cosas.

Pues bien, años después rescato ese recuerdo para los días de Reyes (para mí hay dos días de Reyes, el 5 y el 6 de enero) porque sé que me viene día y medio de aguantar comentarios del tipo:

- ¿Y "pa qué os habéis molestao"?
- Si ya tengo de todo...
- Yo no quería que me regalasen nada...
- Vaya tela, que no quería regalo...

y todas las variantes posibles durante horas.

Y digo yo, ¿tan difícil es decir "qué bonito, gracias"? Igual que me enseñaron a coger el carametilo y callarme la boca.

Sed agradecidos, gracias.

Comentarios

  1. Espero que los reyes magos te traigan muchas cosas, y te pases el día de mañana diciendo: "que bonito, gracias".

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  2. Mi padre te las suelta todas, en carrerilla y sin respirar, por eso odio pedirle nada para reyes, me quita las ganas. Pasalo bieny suerte con los regalitos! Un beso

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  3. jajaja desde luego a kien se le ocurre dar un caramelo de menta a un crio


    bss

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