Un día de furia

Ayer dije "ya os vale".

Por la mañana me entero de que, por cuarta vez en lo que llevo de curso, tengo que echar una horita más de lo que me corresponde por cubrir a una compañera que está de baja y por la que no mandan sustituto desde Educación. No pasaría nada si no fuera porque tengo la fundada sensación de que las sustituciones se reparten en el colegio de una forma desigual, y es que eso de llegar a casa a las cuatro de la tarde no le gusta a nadie, pero a mí tampoco.

Así que me quejé y puse las cosas claras a las personas que no han sustituído y he dejado claro eso de "ni una más, santo Tomás", caiga quien caiga. Me da igual cómo se organicen, pero que lo hagan porque una cosa es ser buena compañera y otra la tonta que echa horas de más de forma perenne (Yo y otra compañera más que ayer no estaba).

Por la tarde, mi vecino del segundo pone música a todo volumen una vez más. Esta vez no pone chumba-chumba, sino que empieza con Héroes y sigue con Metallica de tal forma, a tal volumen, que la voz de Bumbury hace que me tiemblen los muebles.

Así que cojo las llaves y bajo. Pego al timbre y, evidentemente, ni lo oye (Dejo la descripción del politono de pajaritos cantando de la puerta para otro post). Permanezco en la puerta hasta que a la mitad de Nothing else matters parece que oye y noto cómo me observa por la mirilla. Saludo, sonriente. Abre porque se da cuenta que le he visto.

Abre y me mira bajo su gorra cani.

- A ver, chaval, me encanta Metallica, pero no me gusta que me tiemblen los muebles y me tiemblan aunque estoy dos pisos más arriba. ¿No te has dado cuenta de que eso molesta?
- Lo tengo en el once solo, musita.
- Me da igual, molestas y mucho, me tienes hasta aquí, te hemos dejado notas en el portal, te hemos mandado mensajes con tu madre y ahora vengo yo, pero la próxima vez te mando a la local, hombre ya.
- Lo siento.
- Es que no es hoy, es a diario. Sé a qué hora te levantas los fines de semana y a la hora que sale tu madre por las tardes. ¿Tú escuchas mi música? no, ¿verdad? Pues lo mismo quiero hacer yo con la tuya. Si te mola alta te pones unos cascos.
- Vale.
- Ah, y por cierto, cuando te emocionas, tocas palmas y das botes bailando, también te oigo- Escenifico un pastillero de discoteca mientras se lo digo.
- Vale- Enrojece.
- Que no te oiga más- Y me largo.



Hoooobre ya. Qué respiro el resto de la tarde sin escuchar a (casi) nadie del vecindario.

Comentarios

  1. Como diría mi estimada madre...es uno de esos días en los que te levantas con el rabo retorcido como los cerdos...JEJE...
    Que se paseeee!...
    Besillos

    ResponderEliminar
  2. Ayy que ver con el vecino, es que los vecinos no tienen consideración por nada !
    Un beso

    ResponderEliminar
  3. ole, ole, ole y ole, así se solucionan las cosas, sí señor. A ver, UN APLAUSO PARA ESTA CHICA!!!

    clap,clap, clap, clap

    ResponderEliminar
  4. Uffff que desahogo, me alegro que ayer, después de tus quejas, hayas podido tener una tarde tranquila, espero que hoy también lo sea, y no se le olviden tus palabras NUNCA.

    ResponderEliminar
  5. Yo no hubiera tenido valor de decirle nada al vecino, jaja!

    Oye, una put... lo de las sustituciones, pero supongo que es lo que toca a los que os nombran por secundaria, en mi cole pasa lo mismo.

    ResponderEliminar

Publicar un comentario