Pero, ¿qué es esto?: Viernes de tiendas en Huelva

El viernes no tuve clase; la Delegación provincial de Huelva había decidido que era un día estupendo para que los chicos se quedaran en casa y aprovechar bien aprovechado el puente de la Constitución, así que bien de mañana me dispuse a hacer una visita relámpago al centro.

Las tiendas estaban completamente llenas, tanto de gente como de mercancía. Gente no habitual en las tiendas haciendo sus primeras compras para las navidades.

Y para irte de tiendas en Huelva te vas a la calle Concepción, y alrededores.

Hago en Blanco la primera parada, justo delante de la Iglesia de La Concepción (recientemente restaurada) y me ofrece el mismo panorama de siempre: ropa mal presentada, peor combinada, puretas horteras embutidas en una talla menos de la que debería y hordas de chiquillas de trece años que se prueban todo y no compran nada. Las vendedoras a su bola y como si no fuera con ellas el tema. Veo un vestido que me gusta pero en vista de la pinta de la cola de la caja y el estado de los probadores decido que no me hace falta. Por cierto, ¿Por qué tantas prendas de Blanco tienen este año el maxilazo en todo el pecho? Me resulta muy repetitivo.

La segunda parada, en Mango. Mango Huelva ha cambiado varias veces su ubicación y hace relativamente poco tuvo una reforma que tornó a la tienda en un antro oscuro, lleno de mesas y parabanes colgantes de donde penden mustias muchas prendas que parecen diseñadas exclusivamente para bodas, bautizos y eventos varios. La colección más ponible de Mango es difícil de ubicar en la tienda. La parte de espacio dedicada a las prendas vaqueras es escasita y cuesta mucho encontrar algo tan simple como un pitillo vaquero negro. El punto bueno de Mango Huelva es que la atención suele ser bastante correcta, con chicas que te orientan y te ayudan incluso más allá de lo que a veces es necesario, produciéndose conversaciones del tipo:

Lileth: Quiero un slimfit en negro, pero sin brillos.
Dependienta: Eso es quiere decir pitillo.
Lileth: Lo sé, corazón.

Entro en Desigual porque veo en una publicidad de la puerta que hay prendas al 30%. No veo ni una. Absolutamente ninguna. La colección muy... Desigual. Miro un rato por si veo una falda bonita que merezca la pena y decido que un trozo de algodón cortado al bies no merece mis 70 euros.

Salgo de Desigual desesperanzada y enfilo calle arriba hacia Sphera. El Sphera de Huelva es bien bonito, y tiene el suelo transparente para poder ver el yacimiento arqueológico que hay debajo. Echo un ojo por todos lados y la colección de fiesta me abruma, igual que me ha pasado en Mango. Tanto brillo y tanta lentejuela lo tengo superado desde hace unos cuantos años. Eso sí, hay algunos clones espectaculares y no puedo evitar pensar en qué frío se pasa de esta guisa cuando se va de bar en bar en plena nochevieja.

Al fondo de la tienda veo la misma colección que hace dos meses. Parece que no se ha vendido mucho, y de las perchas cuelgan miles de vestidos y abrigos con un denominador común: el estampado abigarrado de los supuestos clones de Gucci.

Decido que no me merece la pena subir a ver la colección joven y me asomo al escaparate de Aurora Jiménez. Aurora Jiménez tiene (Que yo recuerde) tres zapaterías en Huelva y sueles encontrar cosas diferentes a otros sitios. En la tienda de la calle Concepción tienen la malísima, y creo que ilegal, costumbre de no ponerte los precios en el escaparate. Sin embargo, lo peor de lo peor es la costumbrita de pegar en el zapato una pegatina malosa con el nombre de la tienda encima de la marca del zapato. Así que puedes estar comprándote unos Mustang o unos Café noir y no saberlo (No lo digo por mí, que habrá quien no lo sepa). Esa pegatinita te desteñirá las medias en el mejor de los casos o se moverá y te llenará de pegamento en el peor.

Salgo de la zapatería y me meto en el Bodybell, la perfumería donde se encuentran las cosas más baratas de Huelva (Huelva, ese desierto donde es imposible encontrar MAC o SEPHORA, y mucho menos Bobby Brown) y me decido a echar un vistazo. Miro las nuevas barras de Sisley y no me llama mucho la atención, me parecen más de lo mismo. En dos minutos de reloj la calefacción de la tienda amenaza con desmayarme, así que salgo pitando por la puerta no sin antes haber comprobado que La Mer sigue siendo igual de cara. Yo miro, que no pierdo la esperanza.

A la vuelta, porque la bronquitis no me deja el cuerpo para mucho paseo, me paro en el Pull and Bear, lleno hasta las trancas de gente cateta donde veo a una veinteañera coger con asco unos baggy pants preguntando con voz chillona:

- ¿¿¿Pero qué es estooo???

Antes de llegar a casa hago una parada en una de mis tiendas preferidas, Depapel. Depapel es una papelería pequeñita que está al principio de la calle Puerto, donde se pueden encontrar verdaderas maravillas en bolis, mochilas, cuadernos, papeles de regalo, artículos de oficina, portadocumentos, artículos de regalo... Su dueño tiene un gusto exquisito eligiendo lo que tiene en la tienda y lo expone de una forma en que te entra todo por el ojo. Me resulta imposible ir allá sin picar algo.

El resultado de una mañana de compras (soy muy rápida y tardo apenas una hora y media en volver a casa) es una carpeta clasificadora para el cole y un boli morado de Jordi Labanda. Tampoco me ha ido tan mal.

Comentarios

  1. Bueno por lo menos te comprastes algo, lo malo escuando uno se va de compras con la esperanza de hacer unas compras que te cambien la vida jaja y vuelves sin nada.
    Un besazoooo.

    ResponderEliminar
  2. Vaya tela! No me pondría algo de Desigual ni aunque me lo regalaran, no lo soporto!! ARRRG!! Y con el Blanco y el Fresca últimamente es que no puedo, no puedo, te lo juro, entro allí y salgo en cinco minutos angustiada de ver tanta vulgaridad junta!!!
    Así que no me extraña que no te hayas comprado nada, nena, créeme, mejor para ti! Hay que comprar sólo cuando encontramos algo bueno, no podemos conformarnos con lo que sea!!

    MIL BESOS!!! :o)

    ResponderEliminar
  3. ME ENCANTAN LOS BOLIS DE JORDI LABANDA...
    LO QUE ME MATA A MI SON LAS PEGATINAS DE LOS PRECIOS EN LA SUELA DE LOS ZAPATOS Y ESE PUTO PUNTITO ROJO DE LA ALARMA...ES IMPOSIBLE DE QUITAR...

    ResponderEliminar
  4. Pues te entiendo perfectamente...siempre que digo me voy de compras...vuelvo con una bolsa de palomitas y dolor de pies...solo compro cuando no tengo tiempo para ir de compras (soy así...JEJEJE...)Y también me confieso adicta a los productos de papelería...
    Besillos y wena semanaaaaa

    ResponderEliminar

Publicar un comentario