¡Así da gusto caer malo!

Con los fríos de la semana pasada he caído mala con bronquitis... Tan mala que hoy he sido incapaz de ir al cole. El médico me ha mandado un arsenal de cosas para abrirme los bronquios y, entre ellas, unas inyecciones molonas que hacía años que no tenía que ponerme.




El agradable trabajo de pincharme el culo ha recaído en El SEñor X, enfermero de la familia, al que solemos premiar invitándole a comer y a cenar y regalándole jueguitos de la PSP, que de vez en cuando tiene la deferencia de dejar en mi casa para que mi sobrino, el ingeniero de gomas, no se aburra.





Lo mejor de caer malo son los mimos. Las sopitas de mami, poder estar en la cama calentita, dormir a ratitos como los viejos y que el Señor X venga a verme con regalitos.

Pintura de uñas de Chanel, kaléidoscope. Tiene pigmentos rosados, plateados y dorados, de forma que cambia de color según sea la forma en que la luz incide en la superficie de la uña. Comprobado. Mis uñas son doradas en mi habitación, pero plateadas bajo el tubo fluorescente de la cocina. La verdad es que no veo la hora de verlas mañana a la luz del sol.

Y es que una está mala, sí, pero arregladita...

También me ha traído del juguetón, donde trabaja una amiguita nuestra, un minipeluche de Pajaroto, mi personaje favorito de Pocoyó. En la imagen es el de la esquina inferior derecha. Lo mejor del muñeco, aparte de la cara de sueño, es que va disfrazado de "El caballero dormilón", justo como sale en uno de los episodios de Pocoyó que más me gusta.

Con estos mimos da gusto estar mala.