Ejerciendo de maestra

Domingo 11, de noviembre de 2007


Ahora me estoy dando cuenta de que ser maestra es algo más que enseñar a leer, escribir o a presentarse en francés, no de la forma que lo intuía antes, sino que ahora veo la dura realidad de ser, además, dadora del amor que debe dar la familia.


Realmente, cuando he visto un centro como este, que en Andalucía estaría definido como de “atención preferente” me doy cuenta de la labor tan importante que realiza un maestro. Aquí, en muchos casos suplimos el papel de padre y madre, somos el referente adulto que debe, no sólo transmitir conocimientos y facilitar aprendizajes. Aquí realmente es imprescindible trabajar la comprensión de cada caso individual.


Muchas veces, desde mi ignorancia, cuando estudiaba los llamados “temas transversales” (educación para la salud, la paz, coeducación) no terminaba de ver el verdadero significado y la necesidad real de trabajar estos aspectos en la escuela. Antes, siempre que me he visto en la necesidad de programar mi trabajo en el aula los temas transversales estaban ahí como un deber, como un recordatorio de lo que ya se trabaja en casa.


Pero hoy, en mi nueva realidad, mis necesidades son bien diferentes. Ahora, al programar me planteo en primer lugar los valores y la lógica matemática y el lenguaje están implícitos pero no son los realmente prioritarios. Es inútil enseñar a leer a un niño que no es capaz de expresar un sentimiento diferente a la agresividad o a la frustración.


Como me dice mi madre, con su sabiduría de la vida y sus sentimientos de madre, estos niños me necesitan. Necesitan mi buen humor por las mañanas, mi voluntad de ayudar, mi paciencia y, a falta de mi experiencia, necesitan de mi entusiasmo de novata.


Me he pasado el fin de semana completo dándole vueltas a la cabeza a ver cómo enganchar a estos niños, cómo presentarle los contenidos ya que los diferentes niveles presentes en el aula me hacen muy difícil trabajar ciertos aspectos. Además del desinterés, heredado en la mayoría de los casos de la propia familia a todo lo relativo a la escuela y el aprendizaje.


Mis alumnos, entre otras carencias, presentan una autoestima realmente baja, y una situación familiar donde quien más, quien menos, está bastante descuidado en su cuidado personal y afectivo.


Por eso voy a intentar introducir una serie de modificaciones inspiradas en los materiales curriculares LOGSE que extraje de la web de la junta:


www.juntadeandalucia.es/averroes


También voy a trabajar la lectoescritura desde un enfoque con influencia constructivista que aprovecha el nombre propio y la identidad emocional de los niños para identificar letras, comparar grafías…


No sé qué resultado me dará, pero mañana lunes lo pienso poner en práctica a ver cómo se nos da, a los chicos y a mí.


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