Mi barrita, mi refugio
Hoy ha sido un día de los malos. Bueno, vale, matizo. Hoy ha sido un día horrible comparado con los que estoy pasando en este centro de trabajo y un día pasable comparado con los dos últimos cursos. Yo me entiendo. Pero bueno, hoy los niños me han dado un día de esos para olvidar. Peleas, bromas pesadas y niños pesados a secas. Y otra cosa que no puedo contar porque no es del tipo de lo que opino que debo contar en un blog acerca de niños. Los castigos los he repartido como panes, a pares, de tres en tres y de cuatro en cuatro. Dejémoslo en un día malo. Antes de la hora del recreo, y no había llegado lo peor, ya no podía más, así que tuve una pequeña explosión. -¡Vaya tela la mañana que me estáis dando! ¿De verdad os creéis que os podéis comportar así? Pues no, aquí venimos a trabajar, no a gamberrear, que os estáis equivocando. Así que no quiero oír ni una palabra más, que ¡menuda mañana horrible que me estáis dando! Y os vais a poner ya a trabajar y yo me voy a tomar una b