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Mostrando entradas de noviembre, 2011

¡Premio!

Hoy, mi Danielito ha sacado un diez en el último examen de Conocimiento del medio. Un diez. Redondito. Feliz de la vida, cuando estaba saliendo de clase para ir a casa me dice: - Mi madre cuando vea esto me va a dar un achuchón. Un achuchón, un beso y luego me va a dejar jugar a la Play ¡por lo menos hasta las 8! Y ahora yo estoy aquí en mi casa, imaginándome ese beso que se ha llevado e imaginándomelo a él jugando a la play, a estas horas, por lo menos hasta que den las ocho. Pues a ver cómo va, porque mañana tenemos otro examen.

Y tú, ¿qué necesitas para ser feliz?

Cuando veo el tipo de vida que elige la gente de mi alrededor me paro a pensar que las cosas, pequeñas o grandes, que yo necesito para ser feliz no se parecen absolutamente en nada a las que necesitan otras personas. Mis amigas, cercanas y lejanas, son mi modelo a la hora de realizar estas reflexiones. Las tengo que penan por encontrar un trabajo y las hay que tienen otros objetivos en la vida, las hay que buscan la maternidad como medio de realización y las hay que huyen de tener descendencia como si fuera lo peor que les puede pasar en la vida. Y es que dentro de la búsqueda de la felicidad todas las opciones son respetables. En el cole esta semana pasada hemos trabajado el día de los Derechos del niño y una de las tareas que proponíamos consistía en pensar las cosas que nos hacen ser feliz. De dos fichas que podíamos completar una empezaba con "Me hace feliz..." Y la otra ficha proponía para completar "Deseo que...". Expliqué a mis retoños que todos íbamos a pe

El día de las churritas

Mi Danielito ha descubierto que tiene churrita. Quizá lo sepa desde hace un tiempo, puesto que tiene siete años, pero es ahora cuando lo ha hecho público y extensivo a todos los miembros de género masculino. Hoy venía mi Danielito del baño con la cremallera bajada. -Danielito, cuidado, ¡que se te va a escapar el pajarito! Danielito ríe a carcajadas y me da la réplica: -¡O la churrita! Pues sí, en la bragueta además de pajaritos se guardan otras cosas. Ayer, por motivos familiares, tuve que faltar al cole, y un compañero me sustituyó todo el día. Además de haberme encontrado con anotaciones del compañero informándome de lo que se hizo y dejó de hacer con los niños (gracias), este compañero cuenta con el beneplácito de los niños. Y es que con los niños es fácil, si no les gritas y eres amable con ellos sueles tenerlos en el bote. Al grano. Les estaba preguntando a los nenes que qué tal con mi sustituto, que si habían estado bien. - Muy bien, maestra, el  maestro es muy b

A buenas horas...

Hombres. Esos seres peludos y malolientes que a las mujeres heterosexuales nos gustan tanto (unos más que otros). Últimamente vengo reflexionando acerca del comportamiento masculino a propósito de las relaciones sentimentales. Y sobre todo porque he recordado que el día de poner fecha de la boda el señor que apuntó el día en su agenda me espetó a bocajarro -"Y ahora no se te ocurra dejar de arreglarte, que de novias os ponéis muy monas para salir y de casadas estáis en casa de cualquier forma".  Yo pensé que era a futuro marido a quien le convenía tener bien presente esto. Porque la verdad, si bien hay mujeres que en cuanto notan la alianza en su dedito dejan de cuidarse, los hombres que hacen esto mismo son, en proporción, muchos más. Pero muchos. El hombre establemente emparejado se abandona, por regla general, física, psicológica y socialmente. Unos más, unos menos. Hasta que su pareja dice eso de "hasta aquí hemos llegado" y entonces la cosa cambia. Y es

Suceso extraño en el cuarto de baño

Hoy, como me he bebido casi entera la botella de litro y medio de agua antes de la hora del recreo, cuando sonó el timbre y mis nenes salieron a la carrera con sus bocatas en la mano yo no veía la hora de salir hacia el baño para hacer pis. Me hacía pis. Mucho pis. A esto viene una compi y me ofrece bajar a desayunar. He desayunado un ratito antes, y además tengo mil cosas que organizar en el aula. Vaya, que no me conviene. A esto viene el señor dire y me da palique. Me seguía haciendo pis, mucho pis. Cuando el señor dire se va salgo flechada al baño que está en la planta donde tengo el aula. Pero no hay papel higiénico y vuelvo que me las pelo a clase a coger algo. Cuando voy saliendo de la clase veo de espaldas a "El señor compañero", que va entrando al baño. Pegando pequeños saltitos me doy cuenta de que tengo que esperar un momentito. Empiezo a ordenar la clase, hablo por teléfono y, papel higiénico en mano voy al baño. Veo la puerta cerrada y, evidentemen